[MODA CONSCIENTE] Hace un año la prensa internacional nos mostró sin rodeos una realidad que no queríamos ver: los vertederos de ropa ilegales en el desierto de Alto Hospicio, en el norte del país. Si bien este hecho llevó incluso a que el Fisco fuera demando, lo concreto es que esta zona de sacrificio de la moda se ha tapado con tierra (casi literalmente). No obstante aquello, hay personas que quieren visibilizarlas para que cada uno de lxs implicadxs se haga responsable. Ese es el caso de la diseñadora Lupe Gajardo, que con el apoyo de Teck Quebrada Blanca y Fundación Chile, desarrolló el proyecto "Desierto circular", que busca mostrar el daño ambiental de la moda, reutilizar los recursos abandonados en el desierto y capacitar a mujeres de la zona en el oficio de la costura. En las próximas líneas más detalles sobre esta interesante iniciativa.
Lupe Gajardo tiene una conexión personal con el norte de Chile. Allí vivió varios años y su hermana lleva más de una década residiendo en la zona. Ese apego emocional y la conmoción que le produjo ver por la prensa los "cementerios de ropa" en el desierto a fines de 2021, la motivó a desarrollar un proyecto con impacto medio ambiental y social. Es así como nace "Desierto circular", que fue presentado al programa Orgullo Hospiciano de la Municipalidad de Alto Hospicio, y cuenta con el apoyo de Fundación Chile, el programa Elige Crecer de Teck Quebrada Blanca y la organización Desierto Vestido.
La llegada de Lupe a la región de Tarapacá y la visita a los vertederos ilegales de ropa, la caló hondo. De hecho, señala que tuvo una impresión mucho más profunda de lo que esperaba, más aún siendo parte de la industria que provocó ese desastre, obligándola a replantearse todo.
"Todavía estoy procesando y, sin duda, ya están naciendo nuevos proyectos a raíz de Desierto circular, porque hace mucho sentido cuando uno logra un impacto positivo, dan ganas de seguir. Eso es lo que me ha pasado. La reflexión más profunda ha sido respecto al sobreconsumo del ser humano, a esa actitud de una ansiedad insaciable. Eso se me quedó dando vuelta. Y la forma en que me estoy replanteando mi propio quehacer como diseñadora", confiesa.
En ese sentido está convencida que esta experiencia influirá en su proceso creativo y que su camino está en retomar con fuerza su línea de piezas únicas, que tiene que ver con un trabajo más ligado al arte. "Para mi el aporte es mayor cuando no estoy produciendo ropa en serie, sino que cuando estoy produciendo ideas. Y desde ese punto de vista, esta experiencia que tuve en el norte solo refuerza eso. Honestamente no me interesa hacer más polerones, faldas o pantalones de la misma forma en que se están haciendo. Por lo mismo, hace rato que vengo desarrollando patronaje zero waste (basura cero) para no dejar residuos y trabajar piezas únicas. Aunque todavía no tomo ninguna decisión definitiva, sin duda, lo vivido va a generar una sinergia", enfatiza.
Uno de los objetivos de Desierto Florido era enseñarles -en una semana- el oficio de la costura a un grupo de mujeres de Alto para que pudieran ampliar sus posibilidades laborales y de emprendimiento, así también aprovechar parte de esos recursos disponibles, que aún podrían ser utilizados como materia prima. Para ello cada mujer beneficiaria (23) recibió una máquina de coser.
Respecto a la retroalimentación que tuvo posterior al taller; Lupe declara que fue muy positiva, ya que más allá de la satisfacción por la capacitación técnica y de diseño, las mujeres participantes valoraron mucho el trabajo colectivo y la posibilidad de crear soluciones para un problema cotidiano con el que conviven a diario: la basura textil. Ello porque además de los vertederos, en el sector existe una gran feria libre de ropa, que también produce residuos.
En ese sentido, Lupe comenta que para ellas fue muy valioso poder replantearse o mirar desde otro punto de vista lo que consideraban como "basura" y transformarlo en una materia prima noble. "Fue súper enriquecedor", afirma.
Esto mismo -cree- aplica para la industria de la moda en general (y otras asociadas), que debe comenzar a considerar la ropa ya existente como materia prima. Para Lupe es la única manera de llegar a ser circular.
Lupe explica que el proyecto Desierto Circular se materializó en dos acciones muy concretas. La primera fue la capacitación al grupo de mujeres de la comuna; y la segunda una gran exposición textil llevada a cabo por las alumnas y que fue montada, por dos semanas, en el Centro Cultural de Alto Hospicio e invitó a la comunidad a reflexionar y hacerse parte de este problema.
Este hito, considera Lupe, posibilita crear un nuevo relato en una comuna, que ha sido muy abandonada en muchos ámbitos. "La verdad es que fue increíble la experiencia y esperamos que con la Fundación Chile podamos traer la exposición a distintas ciudades y que recorra el país. El propósito de esta exposición fue visibilizar la crisis al mismo tiempo que capacitamos a las mujeres en técnicas de costura, que eventualmente les sirven para desarrollar sus propios emprendimientos con esta materia prima que tienen ahí, al alcance de la mano y de manera gratis. Entonces se abren oportunidades", concluye.
Motivos para desarrollar Desierto circular
Lupe Gajardo tiene una conexión personal con el norte de Chile. Allí vivió varios años y su hermana lleva más de una década residiendo en la zona. Ese apego emocional y la conmoción que le produjo ver por la prensa los "cementerios de ropa" en el desierto a fines de 2021, la motivó a desarrollar un proyecto con impacto medio ambiental y social. Es así como nace "Desierto circular", que fue presentado al programa Orgullo Hospiciano de la Municipalidad de Alto Hospicio, y cuenta con el apoyo de Fundación Chile, el programa Elige Crecer de Teck Quebrada Blanca y la organización Desierto Vestido.
Desierto circular: la impresiones de su ejecución
La llegada de Lupe a la región de Tarapacá y la visita a los vertederos ilegales de ropa, la caló hondo. De hecho, señala que tuvo una impresión mucho más profunda de lo que esperaba, más aún siendo parte de la industria que provocó ese desastre, obligándola a replantearse todo.
"Todavía estoy procesando y, sin duda, ya están naciendo nuevos proyectos a raíz de Desierto circular, porque hace mucho sentido cuando uno logra un impacto positivo, dan ganas de seguir. Eso es lo que me ha pasado. La reflexión más profunda ha sido respecto al sobreconsumo del ser humano, a esa actitud de una ansiedad insaciable. Eso se me quedó dando vuelta. Y la forma en que me estoy replanteando mi propio quehacer como diseñadora", confiesa.
En ese sentido está convencida que esta experiencia influirá en su proceso creativo y que su camino está en retomar con fuerza su línea de piezas únicas, que tiene que ver con un trabajo más ligado al arte. "Para mi el aporte es mayor cuando no estoy produciendo ropa en serie, sino que cuando estoy produciendo ideas. Y desde ese punto de vista, esta experiencia que tuve en el norte solo refuerza eso. Honestamente no me interesa hacer más polerones, faldas o pantalones de la misma forma en que se están haciendo. Por lo mismo, hace rato que vengo desarrollando patronaje zero waste (basura cero) para no dejar residuos y trabajar piezas únicas. Aunque todavía no tomo ninguna decisión definitiva, sin duda, lo vivido va a generar una sinergia", enfatiza.
El trabajo con las mujeres de Alto Hospicio en Desierto Florido
Uno de los objetivos de Desierto Florido era enseñarles -en una semana- el oficio de la costura a un grupo de mujeres de Alto para que pudieran ampliar sus posibilidades laborales y de emprendimiento, así también aprovechar parte de esos recursos disponibles, que aún podrían ser utilizados como materia prima. Para ello cada mujer beneficiaria (23) recibió una máquina de coser.
Respecto a la retroalimentación que tuvo posterior al taller; Lupe declara que fue muy positiva, ya que más allá de la satisfacción por la capacitación técnica y de diseño, las mujeres participantes valoraron mucho el trabajo colectivo y la posibilidad de crear soluciones para un problema cotidiano con el que conviven a diario: la basura textil. Ello porque además de los vertederos, en el sector existe una gran feria libre de ropa, que también produce residuos.
En ese sentido, Lupe comenta que para ellas fue muy valioso poder replantearse o mirar desde otro punto de vista lo que consideraban como "basura" y transformarlo en una materia prima noble. "Fue súper enriquecedor", afirma.
Esto mismo -cree- aplica para la industria de la moda en general (y otras asociadas), que debe comenzar a considerar la ropa ya existente como materia prima. Para Lupe es la única manera de llegar a ser circular.
El resultado de Desierto Circular
Lupe explica que el proyecto Desierto Circular se materializó en dos acciones muy concretas. La primera fue la capacitación al grupo de mujeres de la comuna; y la segunda una gran exposición textil llevada a cabo por las alumnas y que fue montada, por dos semanas, en el Centro Cultural de Alto Hospicio e invitó a la comunidad a reflexionar y hacerse parte de este problema.
Este hito, considera Lupe, posibilita crear un nuevo relato en una comuna, que ha sido muy abandonada en muchos ámbitos. "La verdad es que fue increíble la experiencia y esperamos que con la Fundación Chile podamos traer la exposición a distintas ciudades y que recorra el país. El propósito de esta exposición fue visibilizar la crisis al mismo tiempo que capacitamos a las mujeres en técnicas de costura, que eventualmente les sirven para desarrollar sus propios emprendimientos con esta materia prima que tienen ahí, al alcance de la mano y de manera gratis. Entonces se abren oportunidades", concluye.
(Fotos gentileza de Lupe Gajardo y Fundación Chile)
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