[ZAPATOS DESDE PERÚ] Hay historias que nos motivan al cambio y la transformación, más aún cuando se avizoran 365 días que todavía no han sido escritos. Por lo mismo, quisimos terminar este año con el relato de la diseñadora peruana, Renata García-Menacho, quien dejó su trabajo como consultora internacional de bancos cuando sinceró que su pasión realmente estaba en la moda. "En China conocí a quien sería mi marido y me dijo que vivía una doble vida, en el día en un banco y en la noche cosiendo", narra. Esa observación fue la semilla que la movilizó a transformar su presente y no sólo especializarse en Londres, Hamburgo y Roma (una maestría en colaboración con Fendi), sino también dar vida a la marca de zapatos, y complementos Cornelio Borda, cuya historia familiar y propuesta nos contará en las próximas líneas.
Pasó un largo tiempo antes que Renata decidiera abrazar la moda como su vocación. En sus tiempos de consultora bancaria aprovechaba sus vacaciones para tomar cursos en Central Saint Martins en Londres y los fines de semana se las pasaba dibujando zapatos. Sin embargo, tras renunciar a su trabajo lo primero que hizo fue estudiar moda en Hamburgo y luego hacer una maestría en accesorios (calzado, bolsos, lentes de sol) en colaboración con Fendi en Roma. "Me di cuenta de que todos vivimos solo una vez y que era ahora o nunca", afirma.
Ese cambio de vida fue de la mano de la venta de la casa en la que vivieron sus queridas tías abuelas Rosa, Emma, Olga y Maura en la calle Cornelio Borda en Lima, Perú, quienes fueron figuras fundamentales en su niñez. De hecho, su tía abuela Rosa tuvo un taller de sastrería y dedicó su vida a hacer ropa para sus clientes y familia. "Cuando ella y Maura ya no estuvieron, mis otras tías abuelas, Emma y Olga se dedicaron a mi y a mis hermanas. Fue en Cornelio Borda, mientras aprendíamos a bordar escuchando marineras norteñas y valses, que aprendimos a amar al Perú, a las culturas precolombinas, a las fiestas populares y a todo lo hecho a mano", relata Renata.
Una forma de darle continuidad al legado de esas amadas mujeres fue dar vida a una marca de zapatos inspirada en el Perú y en Latinoamérica que quiere presentar la moda de la región de forma contemporánea. "Queremos que nuestras clientas, que son muy cosmopolitas, puedan llevar la moda peruana y latinoamericana por el mundo, sea a su trabajo en un banco, en un museo o a una discoteca", añade.
Es así como cada una de sus colecciones es inspirada por su amor hacia la cultura peruana y en general latinoamericana. "He tenido la oportunidad de vivir y trabajar en varios países de nuestro continente. En el caso del Perú, hemos hecho colecciones inspiradas en motivos precolombinos con bordados en Punto Cruz, con motivos de fiestas patronales y bordados de los Andes, así como también colecciones basadas en la variedad de texturas, hechas con restos de hilos de alpaca y algodón", detalla.
"Hoy vivo principalmente entre Perú e Italia, tenemos pequeñas producciones en los dos países. Esto ha generado que orgánicamente haya un intercambio entre los equipos que trabajan con nosotros en Perú y en Italia. En algunas ocasiones hemos invitado profesores de Italia (de diseño y de construcción de zapatos) para que vengan a Perú a dictar cursos pagados y ad-honorem. En otros casos, hemos trabajado para el Gobierno del Perú y dirigido misiones tecnológicas para zapateros peruanos que fueron a Italia a tomar cursos de diseño, visitar la feria de calzado y marroquinería en Milán, así como también las fábricas de calzado en la zona zapatera de Italia", señala.
En esta línea su mayor aprendizaje de este vínculo ha sido darse cuenta que nunca se termina de aprender, y que si bien los zapateros italianos son excelentes, los zapateros peruanos también tratan de hacer lo mejor posible con los materiales que encuentran en el mercado. "Además he aprendido sobre el respeto mutuo que existe entre colegas zapateros, que vienen de diferentes continentes. Los italianos respetan el trabajo hecho a mano en Perú. Los peruanos, la investigación y tecnología italiana", afirma.
¿Dónde comprarla? En las redes sociales de la marca.
La historia tras Cornelio Borda
Pasó un largo tiempo antes que Renata decidiera abrazar la moda como su vocación. En sus tiempos de consultora bancaria aprovechaba sus vacaciones para tomar cursos en Central Saint Martins en Londres y los fines de semana se las pasaba dibujando zapatos. Sin embargo, tras renunciar a su trabajo lo primero que hizo fue estudiar moda en Hamburgo y luego hacer una maestría en accesorios (calzado, bolsos, lentes de sol) en colaboración con Fendi en Roma. "Me di cuenta de que todos vivimos solo una vez y que era ahora o nunca", afirma.
Ese cambio de vida fue de la mano de la venta de la casa en la que vivieron sus queridas tías abuelas Rosa, Emma, Olga y Maura en la calle Cornelio Borda en Lima, Perú, quienes fueron figuras fundamentales en su niñez. De hecho, su tía abuela Rosa tuvo un taller de sastrería y dedicó su vida a hacer ropa para sus clientes y familia. "Cuando ella y Maura ya no estuvieron, mis otras tías abuelas, Emma y Olga se dedicaron a mi y a mis hermanas. Fue en Cornelio Borda, mientras aprendíamos a bordar escuchando marineras norteñas y valses, que aprendimos a amar al Perú, a las culturas precolombinas, a las fiestas populares y a todo lo hecho a mano", relata Renata.
Una forma de darle continuidad al legado de esas amadas mujeres fue dar vida a una marca de zapatos inspirada en el Perú y en Latinoamérica que quiere presentar la moda de la región de forma contemporánea. "Queremos que nuestras clientas, que son muy cosmopolitas, puedan llevar la moda peruana y latinoamericana por el mundo, sea a su trabajo en un banco, en un museo o a una discoteca", añade.
Es así como cada una de sus colecciones es inspirada por su amor hacia la cultura peruana y en general latinoamericana. "He tenido la oportunidad de vivir y trabajar en varios países de nuestro continente. En el caso del Perú, hemos hecho colecciones inspiradas en motivos precolombinos con bordados en Punto Cruz, con motivos de fiestas patronales y bordados de los Andes, así como también colecciones basadas en la variedad de texturas, hechas con restos de hilos de alpaca y algodón", detalla.
El intercambio de saberes entre Perú e Italia de la mano de Cornelio Borda
Renata explica que además de la maestría que estudió en Roma, durante muchos años trabajó con zapateros de la Región de las Marcas en Italia, donde pudo aprender muchísimo sobre el sector."Hoy vivo principalmente entre Perú e Italia, tenemos pequeñas producciones en los dos países. Esto ha generado que orgánicamente haya un intercambio entre los equipos que trabajan con nosotros en Perú y en Italia. En algunas ocasiones hemos invitado profesores de Italia (de diseño y de construcción de zapatos) para que vengan a Perú a dictar cursos pagados y ad-honorem. En otros casos, hemos trabajado para el Gobierno del Perú y dirigido misiones tecnológicas para zapateros peruanos que fueron a Italia a tomar cursos de diseño, visitar la feria de calzado y marroquinería en Milán, así como también las fábricas de calzado en la zona zapatera de Italia", señala.
En esta línea su mayor aprendizaje de este vínculo ha sido darse cuenta que nunca se termina de aprender, y que si bien los zapateros italianos son excelentes, los zapateros peruanos también tratan de hacer lo mejor posible con los materiales que encuentran en el mercado. "Además he aprendido sobre el respeto mutuo que existe entre colegas zapateros, que vienen de diferentes continentes. Los italianos respetan el trabajo hecho a mano en Perú. Los peruanos, la investigación y tecnología italiana", afirma.
El desafío de la sostenibilidad para Cornelio Borda
Renata cree que la sostenibilidad se puede observar de manera más clara en sus últimas colecciones, ya que debido a investigaciones que llevó a cabo en Italia, creó una especie de alfombra hecha con restos de hilos de alpaca y algodón que recolectaban de las fábricas que hacían vestimenta. "Todas las fabricas, sin falta, tenían conos que no usaban. Con esas pequeñas alfombras creamos nuestros zapatos y carteras. Es así como ayudamos a no generar desperdicios de materiales y de cerrar un círculo de uso de fibras. Además de esto, la alfombra de alpaca y algodón tiene un look que parece piel pero no lo es. Es decir, ninguna alpaca ha tenido que morir para poder crear nuestros accesorios", aclara.¿El futuro de Cornelio Borda?
"Me imagino el futuro de Cornelio Borda como una marca más posicionada en el sector por ofrecer accesorios de gran creatividad. Quiero que la marca esté aún más presente en boutiques exclusivas en otros países y que por medio de nuestros accesorios, la gente conozca más sobre Perú y Latinoamérica. Me imagino también a nuestro equipo en Perú y en Italia, más grande. Por ahora somos pocos y tenemos que hacer cada uno de todo un poco. Amamos lo que hacemos, pero quisiera que cada uno se pueda especializar más en un área", concluye.¿Dónde comprarla? En las redes sociales de la marca.
(Fotos gentileza de Cornelio Borda)
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