[DONAR ROPA] Los desastres humanos y naturales, se han convertido en una gran oportunidad para la donación de ropa. Sin embargo, este acto altruista del que todos deberíamos estar agradecidos puede terminar transformándose en un problema medioambiental y sanitario cuando va de la mano de actitudes irresponsables y hasta de tinte cruel como donar ropa sucia, con hongos, larvas o mezclada con objetos insólitos. ¿Qué se necesita para evitar estos escenarios? ¿Por qué las personas donan ropa en esas condiciones? ¿Cuáles deberían ser las reglas ("leyes") de la donación de ropa? Hoy lo revisamos con el apoyo de Catalina Herrera de Mapa verde, quien es la coordinadora de la gestión de ropa donada producto del incendio de Viña del Mar. En las próximas líneas el detalle.
Hasta ahí todo bien. Sin embargo, el problema aparece cuando esa ropa que se dona no está en buen estado y su acumulación puede suponer un problema sanitario y medioambiental, ya que la ropa sucia, con larvas u hongos contamina la ropa buena y se propaga como peste, lo que lleva a que las autoridades terminen botándola en vertederos para evitar generar brotes contagiosos de infecciones que afecten a personas que están cerca de ella. Pero también generando una huella inmensa medioambiental dado que esa ropa (en su mayoría de poliéster) necesitará muchísimos años (hasta 200) para biodegradarse.
Si bien la alternativa para que no llegar a ese punto es clasificarla rápidamente y salvar la que está en buen estado (que puede ser vestida por otras personas), y en estado regular, no siempre alcanzan la manos para lograr evitar el peor escenario.
De hecho, la clasificación de aquella que puede ser suprareciclada (convertida en vestuario u otro bien con mayor valor al original) por los suprarecicladores o upcyclers, no es una acción mágica. Se necesitan manos con mucho tiempo y mínimos conocimientos en textiles para hacerlo. Ello porque saber qué realmente tiene potencial y qué no, no siempre está determinado por como luce la prenda, sino también por su materialidad, textura y detalles (botones, bordados, terminaciones, etc).
Algo similar ocurre con la ropa que se podría ir a reciclaje. A pesar de que su fin no será volver a ser ropa, también se necesita clasificarla, ya que ropa sucia, con hongos o larvas puede contaminar toda la producción de empresas dedicadas al reciclaje como Ecocitex, Ecofiber, Rembre, por nombrar a las tres más importantes.
La mayoría de ellas derivan de lo que se ha convertido para muchas personas la ropa: un bien desechable fácilmente descartable. Es decir, dono porque ya no me sirve, no lo necesito, no me gusta y como es tan barato y fácil conseguir uno nuevo -debido a la sobreproducción de ropa barata y de mala calidad-, en vez de botarlo a la basura (sí muchas personas tienen una micro conciencia ambiental que les dice que ese es el "peor camino"), mejor dárselo a otrxs.
Total esos otrxs no tienen nada y de alguna forma ese "algo", sin importar su estado, les puede servir para un "algo" indeterminado que no siempre es vestirse. Además mi sobreconsumo está totalmente naturalizado y necesito espacio en el clóset para seguir en ese camino.
De otra manera, quién en su sano juicio se vestiría con ropa sucia de otra persona (hasta propia puede ser una experiencia poco agradable), o que tuviera larvas, hongos, manchas (no siempre con claro origen), desteñida con motas o peeling, por nombrar algunos "estados" que se observan en ese vestuario. NADIE. Claramente quien la dona tampoco.
Entonces por qué lo hacen...
Porque la donación se transformó en la vía alternativa al basurero, a la reparación o reutilización de responsabilidad individual y se cede el "cacho" o "carga" a otro que seguro "le sirve"... Eso pensando en aquellas que todavía pueden ser suprarecicladas o recicladas, por ejemplo.
Para quienes donan ropa sucia, con larva u hongos solo me ocurre un nivel de maldad y desafección social tan grande, que no logra entender ni percibir que su acción es un acto de crueldad que no tiene nombre, y que solo contribuye a hacer la catástrofe aún peor.
Al día siguiente del siniestro, se ofreció a trabajar en la coordinación, y a pesar de que por muchas vías se pidió que no se donara ropa, ocurrió lo inevitable: llegaron kilos de kilos, que se convirtieron en toneladas. De ellas todavía queda mucha por clasificar.
Pero ¿cómo evitar llegar a este punto? Catalina no duda en responder que es necesario un protocolo general de donación (no solo para la ropa), que pueda ser impulsado por las municipalidades o incluso algún organismo central como la Onemi.
En el caso de la ropa, ella cree que las personas donantes deberían llenar un formulario que especifique la donación (tipología, talla, color, etc) e ir dejando, a vista y paciencia de todo el mundo, lo que donan. Eso evitaría que los inescrupulosos trajeran ropa sucia, con hongos o larvas.
Además cree que las municipalidades deberían tener espacios locales u alianzas con entidades como Fundación Banco de Ropa, que permitan que lo que no logra ser utilizado por las personas damnificadas, (de por ejemplo el incendio), pueda servir en otras ocasiones o esté disponible para personas en situación de vulnerabilidad.
A lo anterior, le suma la urgencia que supone incluir como base del protocolo, la sanitización, ya que hoy no se hace ni con aquella de buen estado que va ser entregada directamente a personas, ni con la que se le pasa a los suprarecicladores o reciclaje, lo que pude transformarse, en el peor de los casos, en una especie de "bomba de tiempo sanitaria". De hecho, la ropa usada que llega a Chile, por reglamento, tiene la obligación de ser sanitizada antes de llegar al país, de allí ese olor tan especial que posee y lo necesario que es lavarla antes de usarla.
A esto le añade la urgencia de educar a las personas en la donación, lo que va la de mano con la concientización medioambiental, entre otros aspectos.
En el caso puntual de esta contingencia le ha impresionado la cantidad de ropa que ha llegado, incluso con las advertencias de que no era necesario. Por lo mismo, señala que es imposible saber finalmente cuánta hay circulando porque no hay forma de lograr la trazabilidad de toda la ropa donada por diferentes vías y lugares.
"Desde el cuarto día comencé a decirle a la Municipalidad que no votaran nada, pero se necesitan manos para clasificar toda la ropa que ha llegado, sino lamentablemente terminará como guaipe o panel aislante en el escenario más optimista", concluye.
⏰ El voluntariado se puede hacer de 9:00 a 18:00 hrs de lunes a viernes, hasta el 20 de enero 2023.
Cuando donar ropa se convierte en parte del desastre
Las catástrofes -naturales o humanas- son momentos que hacen surgir todo tipo de sentimientos, algunos muy oscuros y otros muy luminosos. En esta última línea, se encuentra la acción de donar. Y, curiosamente, una de las primeras cosas que a las personas les motiva entregar es su ropa.Hasta ahí todo bien. Sin embargo, el problema aparece cuando esa ropa que se dona no está en buen estado y su acumulación puede suponer un problema sanitario y medioambiental, ya que la ropa sucia, con larvas u hongos contamina la ropa buena y se propaga como peste, lo que lleva a que las autoridades terminen botándola en vertederos para evitar generar brotes contagiosos de infecciones que afecten a personas que están cerca de ella. Pero también generando una huella inmensa medioambiental dado que esa ropa (en su mayoría de poliéster) necesitará muchísimos años (hasta 200) para biodegradarse.
Si bien la alternativa para que no llegar a ese punto es clasificarla rápidamente y salvar la que está en buen estado (que puede ser vestida por otras personas), y en estado regular, no siempre alcanzan la manos para lograr evitar el peor escenario.
De hecho, la clasificación de aquella que puede ser suprareciclada (convertida en vestuario u otro bien con mayor valor al original) por los suprarecicladores o upcyclers, no es una acción mágica. Se necesitan manos con mucho tiempo y mínimos conocimientos en textiles para hacerlo. Ello porque saber qué realmente tiene potencial y qué no, no siempre está determinado por como luce la prenda, sino también por su materialidad, textura y detalles (botones, bordados, terminaciones, etc).
Algo similar ocurre con la ropa que se podría ir a reciclaje. A pesar de que su fin no será volver a ser ropa, también se necesita clasificarla, ya que ropa sucia, con hongos o larvas puede contaminar toda la producción de empresas dedicadas al reciclaje como Ecocitex, Ecofiber, Rembre, por nombrar a las tres más importantes.
Por qué se dona "ropa basura"
No conozco ningún estudio que haya analizado científicamente las razones o motivos que pueden inducir a un ser humano a donar ropa en condiciones que rayan la crueldad. No obstante, tras participar como voluntaria en su clasificación y observar el cerro de prendas que habían acopiadas puedo elucubrar algunas.La mayoría de ellas derivan de lo que se ha convertido para muchas personas la ropa: un bien desechable fácilmente descartable. Es decir, dono porque ya no me sirve, no lo necesito, no me gusta y como es tan barato y fácil conseguir uno nuevo -debido a la sobreproducción de ropa barata y de mala calidad-, en vez de botarlo a la basura (sí muchas personas tienen una micro conciencia ambiental que les dice que ese es el "peor camino"), mejor dárselo a otrxs.
Total esos otrxs no tienen nada y de alguna forma ese "algo", sin importar su estado, les puede servir para un "algo" indeterminado que no siempre es vestirse. Además mi sobreconsumo está totalmente naturalizado y necesito espacio en el clóset para seguir en ese camino.
De otra manera, quién en su sano juicio se vestiría con ropa sucia de otra persona (hasta propia puede ser una experiencia poco agradable), o que tuviera larvas, hongos, manchas (no siempre con claro origen), desteñida con motas o peeling, por nombrar algunos "estados" que se observan en ese vestuario. NADIE. Claramente quien la dona tampoco.
Entonces por qué lo hacen...
Porque la donación se transformó en la vía alternativa al basurero, a la reparación o reutilización de responsabilidad individual y se cede el "cacho" o "carga" a otro que seguro "le sirve"... Eso pensando en aquellas que todavía pueden ser suprarecicladas o recicladas, por ejemplo.
Para quienes donan ropa sucia, con larva u hongos solo me ocurre un nivel de maldad y desafección social tan grande, que no logra entender ni percibir que su acción es un acto de crueldad que no tiene nombre, y que solo contribuye a hacer la catástrofe aún peor.
Bolsa con ropa donada etiquetada como tóxica
¿Cómo evitar que donar ropa se convierta en un problema medioambiental y sanitario?
Catalina Herrera, creadora de Mapa Verde, tiene experiencia en la gestión y clasificación de ropa donada. Consciente del desastre ambiental que supuso la donación de ropa en el gran incendio de Valparaíso de 2014, en 2019 frente a una nueva catástrofe, decidió encargarse de gestionar la ropa donada. Si bien logró evitar que muchas de ellas se fueran al vertedero, no pudo contra lo imposible. Lo mismo le ocurrió ahora con el incendio de Viña del Mar.Al día siguiente del siniestro, se ofreció a trabajar en la coordinación, y a pesar de que por muchas vías se pidió que no se donara ropa, ocurrió lo inevitable: llegaron kilos de kilos, que se convirtieron en toneladas. De ellas todavía queda mucha por clasificar.
Pero ¿cómo evitar llegar a este punto? Catalina no duda en responder que es necesario un protocolo general de donación (no solo para la ropa), que pueda ser impulsado por las municipalidades o incluso algún organismo central como la Onemi.
En el caso de la ropa, ella cree que las personas donantes deberían llenar un formulario que especifique la donación (tipología, talla, color, etc) e ir dejando, a vista y paciencia de todo el mundo, lo que donan. Eso evitaría que los inescrupulosos trajeran ropa sucia, con hongos o larvas.
Además cree que las municipalidades deberían tener espacios locales u alianzas con entidades como Fundación Banco de Ropa, que permitan que lo que no logra ser utilizado por las personas damnificadas, (de por ejemplo el incendio), pueda servir en otras ocasiones o esté disponible para personas en situación de vulnerabilidad.
A lo anterior, le suma la urgencia que supone incluir como base del protocolo, la sanitización, ya que hoy no se hace ni con aquella de buen estado que va ser entregada directamente a personas, ni con la que se le pasa a los suprarecicladores o reciclaje, lo que pude transformarse, en el peor de los casos, en una especie de "bomba de tiempo sanitaria". De hecho, la ropa usada que llega a Chile, por reglamento, tiene la obligación de ser sanitizada antes de llegar al país, de allí ese olor tan especial que posee y lo necesario que es lavarla antes de usarla.
A esto le añade la urgencia de educar a las personas en la donación, lo que va la de mano con la concientización medioambiental, entre otros aspectos.
En el caso puntual de esta contingencia le ha impresionado la cantidad de ropa que ha llegado, incluso con las advertencias de que no era necesario. Por lo mismo, señala que es imposible saber finalmente cuánta hay circulando porque no hay forma de lograr la trazabilidad de toda la ropa donada por diferentes vías y lugares.
"Desde el cuarto día comencé a decirle a la Municipalidad que no votaran nada, pero se necesitan manos para clasificar toda la ropa que ha llegado, sino lamentablemente terminará como guaipe o panel aislante en el escenario más optimista", concluye.
Las voluntarias Gabriela, Macarena, Martina y Alejandra (a última del lado derecho) junto a Cata Herrera
¿Cómo ser voluntarix para clasificar la ropa donada en Viña del Mar?
📢 No necesitas inscribirte, solo llegar a la Escuela República del Ecuador ubicada en Etchevers 115 (Etchevers con Arlegui), Viña del Mar.⏰ El voluntariado se puede hacer de 9:00 a 18:00 hrs de lunes a viernes, hasta el 20 de enero 2023.
👉Motívate con los testimonios de las voluntarias Martina y Gabriela o con el de Macarena y Alejandra.
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