Educar(se) para un vestir responsable: rol de la ciudadanía - consumidora

[VESTIR RESPONSABLE] Para que tus marcas favoritas "no te vendan la pescá" en torno a sus "prácticas sostenibles" o su actuar medioambiental y social, no solo se necesitan marcos regulatorios exigentes que delimiten la cancha y, por ende, eviten desde los malos entendidos hasta el engaño, sino también ciudadanxs-consumidorxs empoderados. Ese empoderamiento se da a través de una educación -resultado de una previa concientización-, que les permita conocer el contexto, las responsabilidades de cada actor, distinguir lo "real/verificable" de "las buenas intenciones" o malas praxis y las posibles consecuencias asociadas a estas acciones. Sin embargo, a la fecha la ciudadanía no logra dimensionar en totalidad este rol. Hoy reflexionamos sobre ello y la importancia de educar(se) para un vestir responsable.

Educar(se) para que "no te venda la pescá"

"No hay sociedad más vulnerable y fácilmente manipulable que una sociedad ignorante", señalaba la ingeniera en telecomunicaciones, Nuria Oliver, cofundadora de la Fundación ELLIS al podcast Crónica Estéreo LT respecto al "falso determinismo tecnológico" asociado al desarrollo de la Inteligencia Artificial. Esa frase me quedó rebotando en la cabeza porque me pareció que no solo se aplicaba a ese ámbito, sino a todos los grandes desafíos que enfrentamos como humanidad. Sin duda, la emergencia climática se pone en la delantera.

En nuestro vestir cotidiano esa afirmación es aún más patente. ¿Cuántas veces hemos comprado o preferido determinada prenda, porque decía tener ciertos "atributos sostenibles", sin embargo, al poco tiempo nos enteramos -por la prensa o redes sociales- que era una "verdad a medias" o directamente una mentira? A pesar de que en muchos casos es imposible tener la certeza absoluta de si lo que nos dicen es real o no, si dominamos aspectos generales sobre la sostenibilidad podremos distinguir con facilidad las aseveraciones burdas o imprecisas que muchas marcas de moda nos entregan a diario.

Pero ¿cómo se logra aquello? El primer paso va de la mano a la concientización. Y ella se logra con el impulso tanto del sector público como privado y academia, que desde sus diferentes veredas buscan interpelar a la ciudadanía e invitarles a hacerse preguntas, a cuestionarse la realidad. En QT - Quinta Trends llevamos 16 años en ese camino escribiendo notas sobre estos temas, así también haciendo reels informativos como los que publico en mi cuenta en Instagram y TikTok.

Con personas curiosas y cuestionadoras logramos transitar hacia el segundo peldaño: la educación. Porque educar es una acción que supone la voluntad de un ser humano que quiera ser educado y de uno que eduque, ya que si solo existe el "educador", pero no una audiencia que esté dispuesta al intercambio, es imposible pensar en educar. Educar no es un acto unidireccional, forzado u obligatorio es una acción bidireccional, libre y voluntario.

En esa línea, solo se educa, quien quiera hacerlo. Para querer educarse es necesario -como comentaba hace unos párrafos más arriba- tener conciencia de lo que está pasando y frente a ello querer saber más para utilizar ese conocimiento en la acción cotidiana.

En esa línea, es fundamental sembrar la semilla o el deseo de educarse en estas materias a la ciudadanía, no solo porque la emergencia climática lo demanda con urgencia, sino también porque no podemos ser cómplices pasivos de los atentados a los derechos humanos de la industria de la moda, ni tampoco podemos dejar que juegue con nuestra autoestima y con nuestro presupuesto familiar.

Porque una mala decisión en torno al vestir, no supone salir "mal vestido" a la calle, sino desde lo más primario implica dejar de "hacer algo" (experiencias o algo realmente valioso y memorable) por haberlo gastado en un bien que solo empobrece nuestro clóset (sumar una prenda hecha para ser desechable es sumar basura contaminante y con explotación humana en la mayoría de los casos, aunque nos duela leerlo). Es definitiva, derrochamos nuestro dinero y le quitamos recursos a nuestra economía familiar, además de todas las otras variables éticas mencionadas. De hecho, para muestra un botón: hoy Chile se sobregiró ecológicamente en mayo, por cuarto año consecutivo. 

Estas cuentas de IG no solo te inspirarán, sino te entregarán información que te facilitará educarte en el vestir responsable, así también en hábitos sostenibles

En esa línea, si logramos conocer más sobre lo que implica confeccionar una prenda desde lo netamente constructivo hasta los factores ambientales, sociales y económicos, no solo nos vestiremos de forma consciente, sino también responsable. Además tendremos la capacidad para exigirle a las marcas determinados estándares, podremos denunciar las malas prácticas o los "lavados verdes" (greenwashing) y de otros colores que observemos y seremos capaces de ayudar a nuestro círculo cercano a no dejarse engañar.

Hoy, tú tienes el poder de que "no te vendan la pescá" en moda. ¿Lo tomas?