Varios han hablado de la muerte de l@s fashion bloggers o bloguer@s de #moda. Sin embargo, para mí nadie murió, sino muchos cambiaron y se asimilaron a la industria, es decir, dejaron de ser novedad y abrieron una "nueva forma" de presentar la moda. Hoy la pregunta correcta es ¿en qué se convirtieron? Te invito a analizarlo.
Ponerle lápida a un fenómeno que desencajó a una industria puede resultar fácil, sobre todo si quienes lo crearon proporcionan la evidencia para hacerlo.
Las blogueras de moda surgieron como una respuesta ciudadana a un sector dominado por una elite medial, que "imponía" las tendencias y los códigos del vestir. Si bien este "movimiento" al principio surgió con la misma lógica de los blogs, es decir, con protagonistas pertenecientes a la periferia medial (no el mainstream) que levantaban su voz para opinar sobre lo que estaban viendo desde una mirada "no experta", pero directa y honesta, con el tiempo, al menos en el caso de la moda, esa premisa se reemplazó.
De un momento a otro los fashion bloggers se convirtieron en sinónimo de ego bloggers o personas cuyo capital de influencia no eran sus opiniones, sino las imágenes de si mismas utilizando determinadas tenidas o productos.
Este cambio léxico comenzó a construir una realidad que se potenció con malas prácticas y se consolidó con la transformación del oficio a una profesión: la de bloguer@ de moda.
Sin embargo, ¿qué pasó con l@s que seguimos manteniendo esa concepción clásica, casi vintage, de un ejercicio alternativo, libre y contestario de la profesión desde un blog? (soy periodista) ¿morimos? ¿en qué nos convertimos?
En mi caso creo que me divorció del título, porque para mí escribir en un formato no te transforma en ese formato, sino te circunscribe a un cierto estilo, pero no necesariamente a un tipo de prácticas. Por ello dejé de identificarme con ese nombre y comencé a llamar mi plataforma, sitio, no blog (independiente que esté creado en Blogger, el rey de los blogs).
Este cambio no me mató, no me anuló, sino me transformó en otra cosa, sin título, ni cargo, reafirmando mi objetivo original de utilizar mi historia como una excusa para reflexionar sobre temas que considero importantes, no al revés.
El cambio de paradigma reafirmó mis motivaciones originales y me permitió identificar cuál era la línea que no debía cruzar en términos éticos y/o de intereses.
¿Y las fashion bloggers murieron? No, se transformaron y cambiaron comprendiendo que su vitrina debía convertirse en una oportunidad de negocios, antes que el mercado encontrara algo mejor. Lo evidente es que en el camino, varias se "quemaron". Pero como en todo orden de cosas hay otros que sobrevivieron y lograron conciliar armónicamente la relación de credibilidad y negocios (los casos mencionados por WWD son la prueba). Entendiendo el mundo de la blogósfera fashion como un espacio de nichos y comunidades en donde hay cabida para los medios tradicionales y los nuevos, sin necesidad de competir o asesinar a nadie, sino complementando la oferta informativa y/o de entretención.
Si l@s bloguer@s de moda han banalizado aún más o no la moda no me compete discutirlo (¿las revistas lo han profundizado?). Lo que me importa es que gracias a esa pequeña ventana que abrieron a través de innumerables selfies, algun@s como yo, vimos la oportunidad para construir una voz, una donde el único cuerpo son las palabras.
Lamento comunicarles que las fashion bloggers no murieron, están viviendo una metamorfosis kafkiana, consecuencia natural de una industria que se sostiene en la imagen. Lo claro es que todavía seguirán revolviendo el gallinero, y que hoy no son "moda o tendencia", sino un actor más dentro de la cadena. Bueno o malo, usted debe juzgarlo.
La metamorfosis de los fashion bloggers
Ponerle lápida a un fenómeno que desencajó a una industria puede resultar fácil, sobre todo si quienes lo crearon proporcionan la evidencia para hacerlo.
Las blogueras de moda surgieron como una respuesta ciudadana a un sector dominado por una elite medial, que "imponía" las tendencias y los códigos del vestir. Si bien este "movimiento" al principio surgió con la misma lógica de los blogs, es decir, con protagonistas pertenecientes a la periferia medial (no el mainstream) que levantaban su voz para opinar sobre lo que estaban viendo desde una mirada "no experta", pero directa y honesta, con el tiempo, al menos en el caso de la moda, esa premisa se reemplazó.
De un momento a otro los fashion bloggers se convirtieron en sinónimo de ego bloggers o personas cuyo capital de influencia no eran sus opiniones, sino las imágenes de si mismas utilizando determinadas tenidas o productos.
Este cambio léxico comenzó a construir una realidad que se potenció con malas prácticas y se consolidó con la transformación del oficio a una profesión: la de bloguer@ de moda.
Sin embargo, ¿qué pasó con l@s que seguimos manteniendo esa concepción clásica, casi vintage, de un ejercicio alternativo, libre y contestario de la profesión desde un blog? (soy periodista) ¿morimos? ¿en qué nos convertimos?
En mi caso creo que me divorció del título, porque para mí escribir en un formato no te transforma en ese formato, sino te circunscribe a un cierto estilo, pero no necesariamente a un tipo de prácticas. Por ello dejé de identificarme con ese nombre y comencé a llamar mi plataforma, sitio, no blog (independiente que esté creado en Blogger, el rey de los blogs).
Este cambio no me mató, no me anuló, sino me transformó en otra cosa, sin título, ni cargo, reafirmando mi objetivo original de utilizar mi historia como una excusa para reflexionar sobre temas que considero importantes, no al revés.
No entiendo el fin de tratar de "asesinar" a un nuevo actor, porque un grupo no entendió el modelo |
El cambio de paradigma reafirmó mis motivaciones originales y me permitió identificar cuál era la línea que no debía cruzar en términos éticos y/o de intereses.
¿Y las fashion bloggers murieron? No, se transformaron y cambiaron comprendiendo que su vitrina debía convertirse en una oportunidad de negocios, antes que el mercado encontrara algo mejor. Lo evidente es que en el camino, varias se "quemaron". Pero como en todo orden de cosas hay otros que sobrevivieron y lograron conciliar armónicamente la relación de credibilidad y negocios (los casos mencionados por WWD son la prueba). Entendiendo el mundo de la blogósfera fashion como un espacio de nichos y comunidades en donde hay cabida para los medios tradicionales y los nuevos, sin necesidad de competir o asesinar a nadie, sino complementando la oferta informativa y/o de entretención.
Si l@s bloguer@s de moda han banalizado aún más o no la moda no me compete discutirlo (¿las revistas lo han profundizado?). Lo que me importa es que gracias a esa pequeña ventana que abrieron a través de innumerables selfies, algun@s como yo, vimos la oportunidad para construir una voz, una donde el único cuerpo son las palabras.
Lamento comunicarles que las fashion bloggers no murieron, están viviendo una metamorfosis kafkiana, consecuencia natural de una industria que se sostiene en la imagen. Lo claro es que todavía seguirán revolviendo el gallinero, y que hoy no son "moda o tendencia", sino un actor más dentro de la cadena. Bueno o malo, usted debe juzgarlo.
(Foto principal: Fashion OPolis)
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