(Por Lontano) Hace unos días les conté mi paso por Manus x Machina en el Museo Metropolitano de Nueva York (MET), sobre la relación de la moda y la tecnología. No obstante, el año pasado (2015), la exhibición llevó por nombre “China: Through de looking glass” (China: a través del espejo) y reseñó cómo China ha inspirado a la moda de occidente. Esta muestra fue preparada con más de ocho meses de anticipación. Su proceso fue registrado en el interesante documental, The First Monday in May (El primer domingo en mayo), que también documenta su gala, la que se realiza el primer lunes de mayo. Hoy te cuento mis impresiones luego de verlo.
La película comienza dando el contexto a las exhibiciones dedicadas a la moda, las que son organizadas por el Instituto de Vestuario del MET, poniendo la discusión en primera fila respecto a si la moda debe ser considerada como arte. Esta interrogante no es trivial en este caso, pues el cuestionamiento surge desde el mismo museo, que es uno de los más reconocidos del mundo, con piezas icónicas de renombrados artistas como Van Gogh, Vermeer, o Warhol y con una de las colecciones más extensas sobre Egipto y la misma China.
Así, entendemos que la única forma de relevar la moda es que el curador de las muestras, un correcto Andrew Bolton, sea una especie de genio de la planificación y se rodee de el mejor equipo posible para llevarla a cabo. Bolton parece ser el preferido de Anna Wintour, editora de Vogue Estados Unidos, quien funciona como veedora de la muestra y quien planifica en detalle la gala previa a su apertura al público general.
Y si bien las exhibiciones de moda en el MET llevaban varios años, Bolton comienza a brillar a partir de la exhibición dedicada a Alexander McQueen el 2011, un año después de la muerte del diseñador británico. Es ahí donde se marca un punto de inflexión, ya que la muestra tiene el mayor registro de asistencia en los últimos 40 años del MET.
Sin embargo, la exhibición sobre China tiene una complejidad adicional: exhibir lo que el occidente plasma en la moda sobre China, puede no ser lo que China quiere que se muestre. Si bien la película no interioriza en lo político, lo destaca en una escena cuando los organizadores viajan a China y son interpelados por algunos periodistas. En este punto Bolton y su equipo se asesoran con un grande: nada menos que Wong Kar Wai, director chino de la espectacular “In the mood for love” (Con ánimo de amar).
Las escenas de la ardua preparación y montaje de la muestra son intercaladas por entrevistas a numerosos diseñadores y personalidades, donde destaca John Galliano y su colección primavera 2003 para Dior, la que lanzó luego de un viaje de tres semanas por China y Japón.
Además, una segunda narración de la película nos muestra la organización de la gala. Es ahí donde recordamos esa Anna Wintour de The September Issue y de su parodia en The Devil wears Prada (El Diablo se viste a la Moda). La editora de Vogue se lanza frases para el bronce, dignas de una mujer que lo tiene todo tan claro a su juicio, y que a ratos se asimila graciosamente a su parodia. Sin duda, Anna Wintour es una gran mecenas para el museo. El monto recaudado en la gala va completamente al Instituto de Vestuario del MET, y por eso fue rebautizado con su nombre.
En resumen, una película que hay que ver, muy interesante para conocer algo más de uno de los eventos de moda que marcan el año en el país del norte y que hace unos años impregna las redes sociales de celebridades que asisten (y de los memes que se generan, como acá le sucede a Rhianna).
Pero en mi opinión, además sirve para conocer el arduo y complejo proceso que lleva montar las exhibiciones de moda del MET y que su éxito logre minimizar las dudas acerca si la moda es un arte. En mi opinión, al menos las obras de Galliano y McQueen que salen en la película, lo son.
The First Monday in May: China y la moda en el MET
La película comienza dando el contexto a las exhibiciones dedicadas a la moda, las que son organizadas por el Instituto de Vestuario del MET, poniendo la discusión en primera fila respecto a si la moda debe ser considerada como arte. Esta interrogante no es trivial en este caso, pues el cuestionamiento surge desde el mismo museo, que es uno de los más reconocidos del mundo, con piezas icónicas de renombrados artistas como Van Gogh, Vermeer, o Warhol y con una de las colecciones más extensas sobre Egipto y la misma China.
Así, entendemos que la única forma de relevar la moda es que el curador de las muestras, un correcto Andrew Bolton, sea una especie de genio de la planificación y se rodee de el mejor equipo posible para llevarla a cabo. Bolton parece ser el preferido de Anna Wintour, editora de Vogue Estados Unidos, quien funciona como veedora de la muestra y quien planifica en detalle la gala previa a su apertura al público general.
Y si bien las exhibiciones de moda en el MET llevaban varios años, Bolton comienza a brillar a partir de la exhibición dedicada a Alexander McQueen el 2011, un año después de la muerte del diseñador británico. Es ahí donde se marca un punto de inflexión, ya que la muestra tiene el mayor registro de asistencia en los últimos 40 años del MET.
Sin embargo, la exhibición sobre China tiene una complejidad adicional: exhibir lo que el occidente plasma en la moda sobre China, puede no ser lo que China quiere que se muestre. Si bien la película no interioriza en lo político, lo destaca en una escena cuando los organizadores viajan a China y son interpelados por algunos periodistas. En este punto Bolton y su equipo se asesoran con un grande: nada menos que Wong Kar Wai, director chino de la espectacular “In the mood for love” (Con ánimo de amar).
Las escenas de la ardua preparación y montaje de la muestra son intercaladas por entrevistas a numerosos diseñadores y personalidades, donde destaca John Galliano y su colección primavera 2003 para Dior, la que lanzó luego de un viaje de tres semanas por China y Japón.
Además, una segunda narración de la película nos muestra la organización de la gala. Es ahí donde recordamos esa Anna Wintour de The September Issue y de su parodia en The Devil wears Prada (El Diablo se viste a la Moda). La editora de Vogue se lanza frases para el bronce, dignas de una mujer que lo tiene todo tan claro a su juicio, y que a ratos se asimila graciosamente a su parodia. Sin duda, Anna Wintour es una gran mecenas para el museo. El monto recaudado en la gala va completamente al Instituto de Vestuario del MET, y por eso fue rebautizado con su nombre.
En resumen, una película que hay que ver, muy interesante para conocer algo más de uno de los eventos de moda que marcan el año en el país del norte y que hace unos años impregna las redes sociales de celebridades que asisten (y de los memes que se generan, como acá le sucede a Rhianna).
Pero en mi opinión, además sirve para conocer el arduo y complejo proceso que lleva montar las exhibiciones de moda del MET y que su éxito logre minimizar las dudas acerca si la moda es un arte. En mi opinión, al menos las obras de Galliano y McQueen que salen en la película, lo son.
(Fotos gentileza del MET, Vogue y Fist Monday in May)
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