En época de infoxicación, uno de los recursos de seducción más importantes de la moda de autor es su relato. A través de él, las marcas pueden contar su inspiración y la historia tras la prenda. No obstante, en su construcción, es muy fácil caer en un entramado de lugares comunes o frases inconsistentes, que más que cautivar, confundan y alejen. ¿Cómo no tropezar en la trampa del relato de moda? Hoy lo analizo.
La moda de autor logra diferenciarse de la oferta masiva a través de diversos factores. Sin embargo, uno que prima, desde el punto de vista comunicacional, es su relato.
Por lo mismo, cuando una etiqueta lo redacta, debe tener muy claro, qué es lo que desea transmitir.
Si bien eso suena a perogrullo, hay muchas marcas, que al tratar de construirlo pierden el foco, transformando su mensaje en una madeja de lana completamente enredada, cuyo resultado es el desconcierto de quien desea entender por qué -por ejemplo- esa prenda es diferente a lo que ve en los percheros de las grandes marcas, y por qué debería pagar un poco más por ella.
Para evitar lo anterior, es importante tener en cuenta algunos aspectos que ayudarán a configurar este fashion storytelling o narración de moda:
1- Qué concepto, situación, personaje, cosa, etc, inspiró la propuesta. Acá hay que andar con cuidado, porque si bien pueden surgir muchos temas en el proceso, hay que priorizar y ordenarlos de la misma manera que se pensaría una historia. Lo ideal es trabajar con una idea matriz, que es enunciada como el hilo conductor. Por ejemplo: resulta mucho más certero hablar de un rasgo específico de una ciudad (sus casas de los cerros), que decir que la colección está inspirada en la ciudad completa (Valparaíso en general).
Hay que considerar que este concepto guiará el relato, por lo que debe ser lo más específico y claro posible de tal manera que se pueda imaginar y evocar sin grandes asociaciones o sinapsis. Los moodboar pueden ser un buen punto de partida.
2- Qué aspectos de ese "concepto base" gatillan la creatividad. Una vez que se tiene claro ese "qué", hay que pensar en las características que lo convirtieron en inspiración y desencadenaron el proceso creativo. Si fueron las casas de los cerros, habría que determinar qué elementos son los que motivan a tomarlas como referente: ¿su forma? ¿materialidad? ¿apariencia? ¿ordenamiento? ¿sus colores?
3- Cómo interpreto esos elementos en la propuesta. En esta parte es fundamental no caer en las "frases hechas" y vincularlo de manera natural y armónica con el producto. Por ejemplo: si se pensó en los colores y materiales de las casas de los cerros explicar como ellos influenciaron la construcción de la prenda a través de la opción de determinadas siluetas, telas, entramados, texturas, etc.
4- Quiénes se verán reflejados en ella. Es importante explicitar a quién se está apelando y cómo ese individuo puede situarse en ella. En este punto es fundamental dejar de lado las descripciones clásicas y tratar de utilizar como gran desenlace, el punto de encuentro de la propuesta con su consumidor. En este sentido, siguiendo el ejemplo, si las casas de los cerros con sus colores y materiales se plasmaron en la colección de determinada manera, fue para que una mujer que conecta con estos elementos o que sintoniza con quienes habitan en ella se sintiera reflejada.
5- Leerlo en voz alta a otros. Sí, tal cual. Porque un relato puede sonar muy bien en nuestra cabeza o incluso en el papel, pero la mejor manera de saber si es coherente y consistente es leérselo a otro. Si esa persona entiende lo que se lee y luego logra percibirlo en la prenda, la tarea está bien hecha.
En resumen, un buen relato de moda debe ser preciso, honesto y consistente, debe reflejar -sin "forzar" -la historia tras la creación. Por lo mismo su extensión debe ser breve para lograr captar la atención del consumidor- ciudadano, sin confundirlo o agobiarlo.
¿Qué otros aspectos agregarías como base para un relato de moda?
La trampa de una historia mal contada
La moda de autor logra diferenciarse de la oferta masiva a través de diversos factores. Sin embargo, uno que prima, desde el punto de vista comunicacional, es su relato.
Por lo mismo, cuando una etiqueta lo redacta, debe tener muy claro, qué es lo que desea transmitir.
Si bien eso suena a perogrullo, hay muchas marcas, que al tratar de construirlo pierden el foco, transformando su mensaje en una madeja de lana completamente enredada, cuyo resultado es el desconcierto de quien desea entender por qué -por ejemplo- esa prenda es diferente a lo que ve en los percheros de las grandes marcas, y por qué debería pagar un poco más por ella.
Para evitar lo anterior, es importante tener en cuenta algunos aspectos que ayudarán a configurar este fashion storytelling o narración de moda:
1- Qué concepto, situación, personaje, cosa, etc, inspiró la propuesta. Acá hay que andar con cuidado, porque si bien pueden surgir muchos temas en el proceso, hay que priorizar y ordenarlos de la misma manera que se pensaría una historia. Lo ideal es trabajar con una idea matriz, que es enunciada como el hilo conductor. Por ejemplo: resulta mucho más certero hablar de un rasgo específico de una ciudad (sus casas de los cerros), que decir que la colección está inspirada en la ciudad completa (Valparaíso en general).
Foto por ecología verde |
2- Qué aspectos de ese "concepto base" gatillan la creatividad. Una vez que se tiene claro ese "qué", hay que pensar en las características que lo convirtieron en inspiración y desencadenaron el proceso creativo. Si fueron las casas de los cerros, habría que determinar qué elementos son los que motivan a tomarlas como referente: ¿su forma? ¿materialidad? ¿apariencia? ¿ordenamiento? ¿sus colores?
3- Cómo interpreto esos elementos en la propuesta. En esta parte es fundamental no caer en las "frases hechas" y vincularlo de manera natural y armónica con el producto. Por ejemplo: si se pensó en los colores y materiales de las casas de los cerros explicar como ellos influenciaron la construcción de la prenda a través de la opción de determinadas siluetas, telas, entramados, texturas, etc.
Colección "Sensualidad contenida" de Makinita de Coser toma como referente a las casa de Valparaíso |
4- Quiénes se verán reflejados en ella. Es importante explicitar a quién se está apelando y cómo ese individuo puede situarse en ella. En este punto es fundamental dejar de lado las descripciones clásicas y tratar de utilizar como gran desenlace, el punto de encuentro de la propuesta con su consumidor. En este sentido, siguiendo el ejemplo, si las casas de los cerros con sus colores y materiales se plasmaron en la colección de determinada manera, fue para que una mujer que conecta con estos elementos o que sintoniza con quienes habitan en ella se sintiera reflejada.
5- Leerlo en voz alta a otros. Sí, tal cual. Porque un relato puede sonar muy bien en nuestra cabeza o incluso en el papel, pero la mejor manera de saber si es coherente y consistente es leérselo a otro. Si esa persona entiende lo que se lee y luego logra percibirlo en la prenda, la tarea está bien hecha.
En resumen, un buen relato de moda debe ser preciso, honesto y consistente, debe reflejar -sin "forzar" -la historia tras la creación. Por lo mismo su extensión debe ser breve para lograr captar la atención del consumidor- ciudadano, sin confundirlo o agobiarlo.
¿Qué otros aspectos agregarías como base para un relato de moda?
(Foto principal: Fashion Editorial: Temptress Lost por stylemelbourne)
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