El 75% de las personas que trabajan en la industria de la moda a nivel mundial son mujeres. En nuestro país esa cifra se repite, según los resultados de la Encuesta de Diagnóstico Económico de la Moda de autor en Chile, el 73,1 de los creativos son mujeres. Es decir, la cadena de valor del sector, tanto a nivel internacional como local está dominada por mujeres. Pero ¿qué significa eso en la práctica? En el #DiaInternacionalDeLaMujer donde #NosotrasParamos le doy una vuelta.
En la industria de la moda las mujeres son mayoría, tanto en la producción como en el consumo. De hecho, el sector de vestuario femenino está avaluado en 621 mil millones de dólares, 200 mil millones de dólares más app que el del vestuario masculino.
No obstante estas contundentes cifras vivimos contradicciones de fondo. Los grandes polos de producción de la moda ubicados principalmente en el Asia, son cuestionados constamente por el trato que se le da a sus trabajadoras. Muchas de ellas laboran en paupérrimas condiciones y jornadas maratónicas por sueldos que rozan la sobrevivencia.
Asimismo, un gran porcentaje trabaja desde sus casas, sin contratos de trabajo formales, los que las convierten en una presa fácil de inescrupulosos proveedores.
Pero lo paradójico de este contexto, es que si se respetaran sus derechos, las mujeres si podrían ser grandes ganadoras del uso intensivo de su mano de obra. De hecho, un informe del Banco Mundial de octubre de 2016, señala que si los países del Sur de Asia capitalizan la expansión de la industria textil y realizan cambios en sus políticas públicas, una de las principales beneficiarias serían las mujeres trabajadoras, lo que incide directamente en, por ejemplo, la lucha contra la pobreza.
Sin embargo, no sólo es en la confección donde las mujeres viven situaciones de tensión. Las grandes Casas de Moda han sido esquivas al momento de contratar mujeres como sus directores creativos. En septiembre de 2016, Business of Fashion BOF señalaba que sólo el 40% de las marcas de vestir femenino eran lideradas por diseñadoras.
En este escenario, la designación de Maria Grazia Chiuri como directora creativa de la icónica Dior, en junio 2016, se transformó en una luz de esperanza, para quienes soñamos con mayor igualdad en este ámbito.
Por otra parte, todavía escuchamos con desconcierto noticias como las ocurridas en el Paris Fashion Week, donde un centenar de modelos fueron vejadas en un casting, al ser obligadas a esperar de pie por tres horas, en una escalera oscura, con la luz de sus celulares como su única compañía.
El maltrato a las modelos de la ropa que usamos o aspiramos, también llega a nosotras. Mujeres comunes y corrientes, cuyas diferencias estéticas se viven más como "tendencia" de temporada (les suena "las curvas están de moda") que como parte de una realidad diversa.
Sin embargo, las últimas semanas de la moda, hemos visto indicios de cambio en este aspecto, gracias a la apuesta de varias etiquetas de usar casting con mujeres de diversas razas, edades, contexturas e incluso altura. Todo ello como respuesta a, por ejemplo, las desafortunadas opiniones y decisiones tomadas por el presidente Trump en sus primeros meses de gobierno.
Sin duda, la industria de la moda requiere de las mujeres para sobrevivir. Nuestro rol es imprescindible para que la máquina de coser siga funcionando. Por lo mismo, es fundamental que tomemos "el sartén por el mango" y demandemos al sector acciones concretas en pos de una igualdad de derechos para las mujeres que trabajan en ella -costureras, diseñadoras, modelos, etc-, así también como una relación más simétrica y realista con quienes consumimos moda.
La moda nos debe mucho. Es hora que nos lo reconozcan y promuevan a quienes están tras las costuras.
#NiUnaMenos
#DayWithoutAWoman
#8M
Las mujeres en la moda en cifras
En la industria de la moda las mujeres son mayoría, tanto en la producción como en el consumo. De hecho, el sector de vestuario femenino está avaluado en 621 mil millones de dólares, 200 mil millones de dólares más app que el del vestuario masculino.
No obstante estas contundentes cifras vivimos contradicciones de fondo. Los grandes polos de producción de la moda ubicados principalmente en el Asia, son cuestionados constamente por el trato que se le da a sus trabajadoras. Muchas de ellas laboran en paupérrimas condiciones y jornadas maratónicas por sueldos que rozan la sobrevivencia.
Foto por Fashion Revolution |
Asimismo, un gran porcentaje trabaja desde sus casas, sin contratos de trabajo formales, los que las convierten en una presa fácil de inescrupulosos proveedores.
Pero lo paradójico de este contexto, es que si se respetaran sus derechos, las mujeres si podrían ser grandes ganadoras del uso intensivo de su mano de obra. De hecho, un informe del Banco Mundial de octubre de 2016, señala que si los países del Sur de Asia capitalizan la expansión de la industria textil y realizan cambios en sus políticas públicas, una de las principales beneficiarias serían las mujeres trabajadoras, lo que incide directamente en, por ejemplo, la lucha contra la pobreza.
Sin embargo, no sólo es en la confección donde las mujeres viven situaciones de tensión. Las grandes Casas de Moda han sido esquivas al momento de contratar mujeres como sus directores creativos. En septiembre de 2016, Business of Fashion BOF señalaba que sólo el 40% de las marcas de vestir femenino eran lideradas por diseñadoras.
En este escenario, la designación de Maria Grazia Chiuri como directora creativa de la icónica Dior, en junio 2016, se transformó en una luz de esperanza, para quienes soñamos con mayor igualdad en este ámbito.
Foto por Cosas Perú |
Por otra parte, todavía escuchamos con desconcierto noticias como las ocurridas en el Paris Fashion Week, donde un centenar de modelos fueron vejadas en un casting, al ser obligadas a esperar de pie por tres horas, en una escalera oscura, con la luz de sus celulares como su única compañía.
El maltrato a las modelos de la ropa que usamos o aspiramos, también llega a nosotras. Mujeres comunes y corrientes, cuyas diferencias estéticas se viven más como "tendencia" de temporada (les suena "las curvas están de moda") que como parte de una realidad diversa.
Sin embargo, las últimas semanas de la moda, hemos visto indicios de cambio en este aspecto, gracias a la apuesta de varias etiquetas de usar casting con mujeres de diversas razas, edades, contexturas e incluso altura. Todo ello como respuesta a, por ejemplo, las desafortunadas opiniones y decisiones tomadas por el presidente Trump en sus primeros meses de gobierno.
Ashley Graham modelando para Michael Kors en el NYFW en febrero 2017. Foto por Getty Images en Allure |
Sin duda, la industria de la moda requiere de las mujeres para sobrevivir. Nuestro rol es imprescindible para que la máquina de coser siga funcionando. Por lo mismo, es fundamental que tomemos "el sartén por el mango" y demandemos al sector acciones concretas en pos de una igualdad de derechos para las mujeres que trabajan en ella -costureras, diseñadoras, modelos, etc-, así también como una relación más simétrica y realista con quienes consumimos moda.
La moda nos debe mucho. Es hora que nos lo reconozcan y promuevan a quienes están tras las costuras.
#NiUnaMenos
#DayWithoutAWoman
#8M
(Foto principal: Desfile Chanel SS15)
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