Su paso por la Escuela de Arte, especialidad escultura; y por la Escuela de Joyería Ricardo Libedinsky son dos hitos que marcaron el inicio de la trayectoria profesional de Liliana Ojeda, y la llevaron a Reino Unido, donde realizó un Master en la Escuela de Joyería UCE de Birmingham. "En un escenario bastante competitivo, desarrollé mis primeras colecciones: joyas 'raras' o 'carnavalescas' como las describían algunas personas que pasaban y compraban en mi stand en la feria All Saints en Cambridge", narra Liliana. Cuando volvió a Chile decidió seguir en el rubro y luchar contra la suspicacia de un país, que aún no entendía el valor de la joyería contemporánea. De hecho, este último aspecto la movilizó para la creación de la Asociación gremial Joya Brava donde fue vicepresidenta por 5 años. Hoy nos contará de ese proceso y de cómo ha logrado consolidar su oficio.
"Mis trabajos han ido cambiando en el tiempo, suelo trabajar líneas diversas. Eso me ha permitido estar en distintos mercados al mismo tiempo. Lo que más disfruto es trabajar con la mayor libertad, sin pensar que alguien tiene que comprar lo que estoy haciendo. Es por eso que tiendo a separar lo artístico de lo comercial.
Hace un par de años me salí del sistema 'a consignación', que nunca me ha gustado, y me he dedicado a desarrollar la línea Terra de cerámica, porcelana y plata. La cual comercializo en forma directa a clientes y en ferias especializadas. De hecho me encuentro de cabeza trabajando para presentar mis nuevas creaciones, en mayo, en la feria Pura Cerámica organizada por Arteoriginario.
También he desarrollado una colección más jugada que es Medular con los mismos materiales pero trabajados de manera muy diferente. En esta propuesta es mi propio cuerpo el referente de las obras. En ellas reflexiono sobre las propiedades efímeras de la anatomía humana. Recurro a prácticas como la momificación y la fosilización que materializan el esqueleto de una forma y restituyen la ausencia. Recurro a la morfología del reino vegetal, seleccionando troncos y ramas de árboles, materiales que para mí son una analogía con lo humano. Pero más allá de lo anatómico, intento materializar una emoción, creando objetos acontecidos a partir de elementos que se conectan con otros dejando espacios interiores, que permiten una especie de flujo esencial. Me interesa despertar conciencia sobre nuestra propia fatalidad, en un intento por dejar las superficialidades que nos alejan de nuestra esencia.
En este camino busco enaltecer materialidades poco frecuentes en el ámbito de la joyería, descubriendo nuevas noblezas, por ejemplo en la cerámica, y las telas. Parte de la colección ha sido expuesta en Alemania en la semana de la joyería de Munich, junto a la de otros colegas de Joya Brava, en la muestra 'Relatos Habituales'."
"Para mí es clave la interacción con la materialidad de las obras, elijo cuidadosamente el medio para trabajar. En el caso de la cerámica, conocía desde la universidad sus posibilidades pero no había intentado aplicarla a la joyería hasta que me propuse para una exposición, mirar hacia atrás en mi historia y recuperar algo que había dejado, entonces pensé en la arcilla. Comencé a trabajar con este material para recuperar ese placer que me provocaba manipular la arcilla, volver al origen, metiendo las manos en la masa literalmente.
Cada material trae bastante información, y ocurre una especie de lucha entre lo que uno quiere lograr y lo que el material quiere hacer por si mismo. Lo que me atrae de la cerámica es su transformación, pasa de ser un maleable barrito a quedar pétreo después de la quema, fuerte y frágil a la vez, puedo darle la textura y el color que yo quiera, funciona como gema para algunas de mis joyas, o como elemento estructural para otras. Suelo combinarla con materiales de apoyo como el metal, y las telas que puedo coser a mano, tomando en cuenta la riqueza plástica de cada uno, el color que cada materia trae en sí, un juego que me encanta realizar, se producen mímesis y contrastes que me ayudan a crear las composiciones de las piezas."
"Hay una contradicción difícil de resolver, porque para crear una propuesta que sea apreciada en otras latitudes debe tener algunas características universales, globales, una suerte de estándar que la deje en un nivel donde pueda ser atractiva en cualquier lugar. En ese proceso, se va perdiendo el encanto de lo local, de lo originario. En Chile y Latinoamérica lo manual es bien fuerte, las tecnologías no han penetrado aún tan masivamente las prácticas artesanales y artísticas. Y eso es una ventaja que se puede aprovechar. Hay materiales que son nuestros y podemos inspirarnos en ellos, darlos a conocer como si fueran nuevos a través de interpretaciones personales. Pero lo difícil es crear un producto que no pierda las características de su origen, pero que aún funcione para las necesidades de un mercado global.
Para mi más que identidad local lo que me interesa es que cada obra mía tenga una identidad de autor. Y en esa lógica es intransable la originalidad del producto, es decir, que tenga ese sello reconocible del autor.
Segundo la calidad, es decir que este hecho con maestría, que no se rompa ni desarme, y que este realizado principalmente con materiales nobles.
Tercero, su razón de ser, un concepto claro, el producto tiene que proponer una idea, debe tener un mensaje. Por eso es tan importante el contacto con el comprador para transmitirle aquella información que complementa la obra, como el proceso, y las motivaciones que dieron origen al producto".
"Para mí la asociatividad es la clave no sólo para mantenerse en el rubro, sino para tener acompañamiento, pares con quienes interactuar, opinar, aprender. Si eres parte de un gremio sientes que encajas y de pronto se te abren muchas puertas. Pero hay que estar dispuesto a dejar la individualidad que todos llevamos dentro, y que es tan generalizada especialmente en las disciplinas del arte.
Crecer junto a otros y gozar con logros colectivos es algo que aprendí con el gremio. Hay tantas opiniones, personalidades y estilos, a veces parece que nunca nos vamos a poner de acuerdo, pero cuando lo que prima es el bien común se pueden lograr grandes metas. Ese espíritu de hacer crecer la joyería y de crear audiencias para ella, ha impulsado todo lo que hemos hecho en estos seis años y medio, que no es poco.
Estar en un gremio requiere de un funcionamiento que parece un poco forzado: directorio, asambleas, cuotas mensuales. Pero tiene sentido a la larga, ya que se requiere de orden, y unión organizada de fuerzas para sacar los proyectos, entonces van apareciendo las virtudes de cada miembro puestas a disposición de todos. Se arman comisiones de trabajo que se dedican a temas específicos y así evitamos la contratación de personas ajenas, liberando de carga al directorio. Es fantástico ver como los socios se van motivando e inscribiendo en cada comisión según sus intereses y virtudes naturales. Ser parte de un gremio no es para todos, en el camino algunos colegas se han ido, asustados por el compromiso que implica. La mayoría porque no pueden trabajar para otros, quieren sólo recibir, pero no han estado con la disposición a entregar".
"Me veo creando objetos especiales que tengan mi sello personal, siempre en relación al cuerpo. Piezas táctiles y sensuales que remitan a lo primitivo, a algo verdadero y esencial, que conmuevan, que provoquen curiosidad, cuestionen, incluso incomoden. No sólo para portar en el cuerpo, también para colgar en la pared, exhibir sobre una mesa, o para un sitio especial de la casa. Me encanta la fusión entre cerámica telas y metales. Me gustaría llegar a crear una gran colección de objetos con estos materiales. Una colección que no tenga tanta exigencia ergonómica, que sea esencialmente obra para contemplar y generar conversación".
La propuesta de Liliana Ojeda
"Mis trabajos han ido cambiando en el tiempo, suelo trabajar líneas diversas. Eso me ha permitido estar en distintos mercados al mismo tiempo. Lo que más disfruto es trabajar con la mayor libertad, sin pensar que alguien tiene que comprar lo que estoy haciendo. Es por eso que tiendo a separar lo artístico de lo comercial.
Hace un par de años me salí del sistema 'a consignación', que nunca me ha gustado, y me he dedicado a desarrollar la línea Terra de cerámica, porcelana y plata. La cual comercializo en forma directa a clientes y en ferias especializadas. De hecho me encuentro de cabeza trabajando para presentar mis nuevas creaciones, en mayo, en la feria Pura Cerámica organizada por Arteoriginario.
También he desarrollado una colección más jugada que es Medular con los mismos materiales pero trabajados de manera muy diferente. En esta propuesta es mi propio cuerpo el referente de las obras. En ellas reflexiono sobre las propiedades efímeras de la anatomía humana. Recurro a prácticas como la momificación y la fosilización que materializan el esqueleto de una forma y restituyen la ausencia. Recurro a la morfología del reino vegetal, seleccionando troncos y ramas de árboles, materiales que para mí son una analogía con lo humano. Pero más allá de lo anatómico, intento materializar una emoción, creando objetos acontecidos a partir de elementos que se conectan con otros dejando espacios interiores, que permiten una especie de flujo esencial. Me interesa despertar conciencia sobre nuestra propia fatalidad, en un intento por dejar las superficialidades que nos alejan de nuestra esencia.
En este camino busco enaltecer materialidades poco frecuentes en el ámbito de la joyería, descubriendo nuevas noblezas, por ejemplo en la cerámica, y las telas. Parte de la colección ha sido expuesta en Alemania en la semana de la joyería de Munich, junto a la de otros colegas de Joya Brava, en la muestra 'Relatos Habituales'."
La influencia de la materialidad en el proceso creativo de Liliana Ojeda
"Para mí es clave la interacción con la materialidad de las obras, elijo cuidadosamente el medio para trabajar. En el caso de la cerámica, conocía desde la universidad sus posibilidades pero no había intentado aplicarla a la joyería hasta que me propuse para una exposición, mirar hacia atrás en mi historia y recuperar algo que había dejado, entonces pensé en la arcilla. Comencé a trabajar con este material para recuperar ese placer que me provocaba manipular la arcilla, volver al origen, metiendo las manos en la masa literalmente.
Cada material trae bastante información, y ocurre una especie de lucha entre lo que uno quiere lograr y lo que el material quiere hacer por si mismo. Lo que me atrae de la cerámica es su transformación, pasa de ser un maleable barrito a quedar pétreo después de la quema, fuerte y frágil a la vez, puedo darle la textura y el color que yo quiera, funciona como gema para algunas de mis joyas, o como elemento estructural para otras. Suelo combinarla con materiales de apoyo como el metal, y las telas que puedo coser a mano, tomando en cuenta la riqueza plástica de cada uno, el color que cada materia trae en sí, un juego que me encanta realizar, se producen mímesis y contrastes que me ayudan a crear las composiciones de las piezas."
Crear diseño con identidad local para Liliana Ojeda
"Hay una contradicción difícil de resolver, porque para crear una propuesta que sea apreciada en otras latitudes debe tener algunas características universales, globales, una suerte de estándar que la deje en un nivel donde pueda ser atractiva en cualquier lugar. En ese proceso, se va perdiendo el encanto de lo local, de lo originario. En Chile y Latinoamérica lo manual es bien fuerte, las tecnologías no han penetrado aún tan masivamente las prácticas artesanales y artísticas. Y eso es una ventaja que se puede aprovechar. Hay materiales que son nuestros y podemos inspirarnos en ellos, darlos a conocer como si fueran nuevos a través de interpretaciones personales. Pero lo difícil es crear un producto que no pierda las características de su origen, pero que aún funcione para las necesidades de un mercado global.
Para mi más que identidad local lo que me interesa es que cada obra mía tenga una identidad de autor. Y en esa lógica es intransable la originalidad del producto, es decir, que tenga ese sello reconocible del autor.
Segundo la calidad, es decir que este hecho con maestría, que no se rompa ni desarme, y que este realizado principalmente con materiales nobles.
Tercero, su razón de ser, un concepto claro, el producto tiene que proponer una idea, debe tener un mensaje. Por eso es tan importante el contacto con el comprador para transmitirle aquella información que complementa la obra, como el proceso, y las motivaciones que dieron origen al producto".
La importancia de la asociatividad en el mundo de la joyería y del diseño según Liliana Ojeda
"Para mí la asociatividad es la clave no sólo para mantenerse en el rubro, sino para tener acompañamiento, pares con quienes interactuar, opinar, aprender. Si eres parte de un gremio sientes que encajas y de pronto se te abren muchas puertas. Pero hay que estar dispuesto a dejar la individualidad que todos llevamos dentro, y que es tan generalizada especialmente en las disciplinas del arte.
Crecer junto a otros y gozar con logros colectivos es algo que aprendí con el gremio. Hay tantas opiniones, personalidades y estilos, a veces parece que nunca nos vamos a poner de acuerdo, pero cuando lo que prima es el bien común se pueden lograr grandes metas. Ese espíritu de hacer crecer la joyería y de crear audiencias para ella, ha impulsado todo lo que hemos hecho en estos seis años y medio, que no es poco.
Estar en un gremio requiere de un funcionamiento que parece un poco forzado: directorio, asambleas, cuotas mensuales. Pero tiene sentido a la larga, ya que se requiere de orden, y unión organizada de fuerzas para sacar los proyectos, entonces van apareciendo las virtudes de cada miembro puestas a disposición de todos. Se arman comisiones de trabajo que se dedican a temas específicos y así evitamos la contratación de personas ajenas, liberando de carga al directorio. Es fantástico ver como los socios se van motivando e inscribiendo en cada comisión según sus intereses y virtudes naturales. Ser parte de un gremio no es para todos, en el camino algunos colegas se han ido, asustados por el compromiso que implica. La mayoría porque no pueden trabajar para otros, quieren sólo recibir, pero no han estado con la disposición a entregar".
¿El futuro de Liliana Ojeda?
"Me veo creando objetos especiales que tengan mi sello personal, siempre en relación al cuerpo. Piezas táctiles y sensuales que remitan a lo primitivo, a algo verdadero y esencial, que conmuevan, que provoquen curiosidad, cuestionen, incluso incomoden. No sólo para portar en el cuerpo, también para colgar en la pared, exhibir sobre una mesa, o para un sitio especial de la casa. Me encanta la fusión entre cerámica telas y metales. Me gustaría llegar a crear una gran colección de objetos con estos materiales. Una colección que no tenga tanta exigencia ergonómica, que sea esencialmente obra para contemplar y generar conversación".
(Fotos gentileza de Liliana Ojeda)
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