El aporte de la moda al nuevo pacto social

Nadie puede ser indiferente ante los hechos ocurridos en los últimos días en Chile. Si bien hay consenso de que  hoy se necesita un cambio estructural del sistema y no sirven la soluciones mágicas o parches, todxs, desde nuestras diferentes veredas de pensamiento y "hacer", podemos aportar a tender puentes a este llamado nuevo pacto social desde el diálogo y la acción cotidiana. Desde mi espacio de reflexión, la moda, entrego mi propuesta.

La moda dentro del nuevo pacto social

A esta altura del partido, con la cantidad de información que disponemos, nadie puede decir que desconoce el impacto social que tiene la moda, no tan sólo por su poder para construir (o destruir) la auto-imagen de las personas, especialmente de las mujeres, sino también por su huella en quienes trabajan en ella.

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No nos sorprende porque hace 8 años trabajamos junto a mujeres en situación de vulnerabilidad, que viajan día a día para trabajar y con esfuerzo pagan el transporte público. 😥 No nos sorprende, porque en estos ocho años vemos cómo día a día cuesta más vivir y cosas tan simples como comer palta o pedir una pizza es un lujo de pocos, y que las mujeres con las que trabajamos se lo pueden permitir muy pocas veces. 👭 No nos sorprende porque dos veces a la semana somos parte del sistema Penitenciario y vemos que la falta de dignidad se justifica por haber cometido un delito y se asocia al castigo de privación de libertad. 🔗 No nos sorprende porque vemos como políticos y empresarios creen que el parque Arauco es el centro de Santiago y que la calidad de vida de Providencia es el de la mayoría. 🏙️ Lo que nos enseña estar con mujeres esforzadas de San Joaquín, Estación Central, Recoleta y Peñalolen es a agradecer nuestros privilegios y luchar desde este lugar con nuestro trabajo, con nuestra empresa, con nuestros productos ❤️

Una publicación compartida por Minka ® (@minkacl) el 19 de Oct de 2019 a las 5:20 PDT

Esta industria intensiva en mano de obra, si bien no es muy relevante en el PIB chileno, el sector de la confección de las prendas de vestir ha adquirido una importancia clave en la promoción social de determinadas comunidades del país. En ese sentido, existen marcas como Minka, Arte Origen y Maria La Biyux,  por nombrar solo algunas, que han hecho de ese antecedente su propósito, a través de propuestas cuyo sentido está dado por quienes trabajan en ella.

No son necesariamente los productos, sino quienes los hacen, el alma de estas etiquetas. Con ello han entendido y atendido el poder que puede tener una industria para devolverle la dignidad a un grupo de personas, para hacerlas visibles, aportar a su reinserción laboral, y ayudar en la superación de la pobreza.

En esta línea, como consumidores - ciudadanos tenemos que abogar por marcas de moda, cuyo fin no sea solo desarrollar ropa sino también contribuir a mejorar nuestra sociedad desde una mirada sustentable en el amplio sentido, es decir, desde el medio ambiente, las personas, y el género.

Artesana de la Región de los Ríos que participa de plataforma de Arte Origen

Tenemos exigirles a la marcas de moda que nos digan quién hace nuestra ropa, en qué condiciones y cuál es su rol en la cadena de valor. 

Todo bajo la idea de que vestir no es acto inocente y si compramos ropa que explota a nuestros compatriotas o a otras personas en el mundo, solo seguiremos avalando un sistema enfermo en el que solo ganan los poderosos. Seguiremos siendo aliados de los inescrupulosos que creen que la dignidad se compra con el silencio cómplice de las injusticias, dando pie a que la frustración y el odio den paso a la violencia. 

El pacto social se construye desde lo cotidiano, desde la vereda de los creativos y consumidores, desde la valoración que le damos a esas personas, que nos ayudan a salir vestidos a luchar por un país donde nadie sea invisible. 

(Fotos gentileza de Cooperativa de Tejedoras e Hilanderas del Estrecho de Magallanes)