Uno de los movimientos que han marcado un “antes y un después” en la industria de la moda es Fashion Revolution, que desde su creación ha visibilizado no sólo las precarias condiciones de los trabajadores de la confección, sino también nos ha enseñado nuevas formas de consumir moda desde una mirada responsable, consciente y ética. Una de sus fundadoras, la diseñadora inglesa, Carry Somers, estuvo en Chile en medio de su participación en el eXXpedition, barco que está midiendo la huella de plástico de los océanos. Tuvimos la oportunidad de entrevistarla y preguntarle sobre su diagnóstico de la industria de la moda y cómo el concepto de dignidad, que afloró en el estallido social, repercute en nuestro consumo de ropa.
Carry Somers tuvo una agenda muy intensa en su breve paso por Chile, que la llevó a participar en charla y conversatorios, y a tener diálogos con destacadas figuras de la moda local, entre las que se encuentra un grupo de diseñadorxs de la Asociación Gremial Moda Chile. En ese contexto, tuvimos el privilegio de hablar con ella y conocer su opinión respecto a cómo ha evolucionado la industria de la moda hacia un modelo circular.
Si bien Carry reconoce que en los 7 años de vida de Fashion Revolution, la moda rápida o fast fashion ha tenido una curva de crecimiento sostenida, hay otros tipologías de moda, más conscientes y responsables, que han tenido un aumento mucho más rápido. Por ejemplo, la reventa de ropa de ropa usada, que ha crecido 20 veces más que la moda minorista durante los últimos tres años.
Sin embargo, insiste, que todavía queda mucho trabajo por hacer, para asegurar que la ropa nueva sea elaborada en buenas condiciones tanto para el medio ambiente como para las personas que son parte de su cadena de valor; apuntando a la educación del consumidor como un factor clave.
En esta línea creer que la transparencia es el "desde" de las marcas de moda, lo que se ve fuertemente reflejado en el Índice de Transparencia que elabora Fashion Revolution desde 2017.
“Ellos (las etiquetas de moda) tienen todo para ganar y nada que perder. Los bancos están buscando la transparencia para invertir en compañías. Hay cada vez más legislación, a nivel internacional, que está promoviendo la transparencia de las empresas. De hecho, la transparencia es la manera en que las marcas pueden proteger su reputación.
Por ejemplo, si un taller subcontrata ilegalmente a otro, y la marca ha publicado la lista de sus proveedores puede identificar este tipo de situaciones. Pero si no la han publicado, nadie les va a creer que no sabían. Por eso es tan potente la transparencia para la reputación de las marcas”, afirma.
“La moda sustentables va a costar más, pero normalmente el costo de mano de obra es entre 1 y 3%, y se dice que si alguien paga $250 pesos chilenos más por una prenda elaborada en Bangladesh, va lograr que se le pague mejor a quien la confeccionó. Eso en el entendido que las fábricas están pagando cada vez menos a sus trabajadores, 5% menos cada año.
La mayoría de los consumidores dicen que están dispuestos a pagar un 5% más por la ropa que está hecha en buenas condiciones, que no daña el medio ambiente, y ese 5% es suficiente para lograr un cambio. Hay que pagar más para tener moda ética".
Para Carry Somers, el costo de la moda sustentable siempre va a ser más alto debido a su preocupación por las materias primas y los procesos de producción. Pero ese precio -en general- es el verdadero precio que debería costar nuestra ropa.
Por lo mismo, ser un país en vías de desarrollo no nos exime de tener conciencia de que los costos de la ropa barata alguien los tendrá que pagar a mediano o largo plazo. "No pagar un buen precio, si supone un alto costo para los océanos, para la tierra, que terminarán pagando nuestros hijos. Porque alguien tendrá que pagar ese costo y tenemos estar conscientes de ello”, insiste.
Para Carry Somers el concepto de dignidad que se ha puesto sobre la mesa en el estallido social debe tener una mirada universal, y no solo local. En ese sentido, les confiere un gran rol a las mujeres. “Las mujeres deben comprender que la desigualdad de género es un gran problema, y estamos comprando ropa para sentirnos mejor, sin pensar en todas las mujeres que participan de la cadena de suministro desde los directorios hasta las fábricas.
La industria de la moda puede mejorar las condiciones de las mujeres. Hemos visto esto en Bangladesh, donde el 40% de lxs trabajadores han visto fuego en las fábricas donde trabajan, y cada día están tomando riesgos para hacer nuestra ropa. Tenemos que exigir que nuestra ropa sea hecha en condiciones dignas y eso es importante desde la perspectiva de la igualdad de género”, enfatiza.
La visita de Carry Somers se realiza luego de recorrer parte del océano Pacífico Sur con el fin de estudiar el impacto de los textiles y la industria de la moda en la contaminación los océanos.
Su travesía, en la expedición científica eXXpedition, le permitió arribar a Rapa Nui. eXXpedition Round the World, es una misión pionera de investigación científica y de navegación compuesta sólo por mujeres quienes navegan por el mundo en un velero, a través de cuatro giros oceánicos y del Ártico con el fin de constatar el impacto de los plásticos en las aguas oceánicas.
“La principal conclusión de mi viaje es que hay cinco veces más microplásticos en los últimos tres días en el giro Pacífico del sur, que en todos los otros días de investigaciones. Cinco veces más. Entonces es muy obvio que hay una gran concentración de microplásticos, pero no se ve en la superficie, parece muy limpia, muy azul y clara, pero cada vez que sacabamos el instrumento estaba lleno, con alrededor de 25 piezas de microplásticos y hay mucho más. Ello es un gran problema para la Isla de Pascua que está en medio de este océano y al mirar las playas es chocante, porque está lleno de microplástico, que no se puede sacar.
Debemos buscar las fuentes de los microplásticos, que son los plásticos, y debemos impedir que entren en los océanos. Nuestra ropa aporta el 24,8% de esos plásticos. Frente a esto podemos hacer algo. Por ejemplo, revisar nuestras etiquetas antes de comprar nuestra ropa”, concluye Carry.
Carry Somers en Chile
Carry Somers tuvo una agenda muy intensa en su breve paso por Chile, que la llevó a participar en charla y conversatorios, y a tener diálogos con destacadas figuras de la moda local, entre las que se encuentra un grupo de diseñadorxs de la Asociación Gremial Moda Chile. En ese contexto, tuvimos el privilegio de hablar con ella y conocer su opinión respecto a cómo ha evolucionado la industria de la moda hacia un modelo circular.
Si bien Carry reconoce que en los 7 años de vida de Fashion Revolution, la moda rápida o fast fashion ha tenido una curva de crecimiento sostenida, hay otros tipologías de moda, más conscientes y responsables, que han tenido un aumento mucho más rápido. Por ejemplo, la reventa de ropa de ropa usada, que ha crecido 20 veces más que la moda minorista durante los últimos tres años.
Sin embargo, insiste, que todavía queda mucho trabajo por hacer, para asegurar que la ropa nueva sea elaborada en buenas condiciones tanto para el medio ambiente como para las personas que son parte de su cadena de valor; apuntando a la educación del consumidor como un factor clave.
En esta línea creer que la transparencia es el "desde" de las marcas de moda, lo que se ve fuertemente reflejado en el Índice de Transparencia que elabora Fashion Revolution desde 2017.
“Ellos (las etiquetas de moda) tienen todo para ganar y nada que perder. Los bancos están buscando la transparencia para invertir en compañías. Hay cada vez más legislación, a nivel internacional, que está promoviendo la transparencia de las empresas. De hecho, la transparencia es la manera en que las marcas pueden proteger su reputación.
Por ejemplo, si un taller subcontrata ilegalmente a otro, y la marca ha publicado la lista de sus proveedores puede identificar este tipo de situaciones. Pero si no la han publicado, nadie les va a creer que no sabían. Por eso es tan potente la transparencia para la reputación de las marcas”, afirma.
¿Cómo la moda local puede seducir a los consumidores que solo buscan el precio como variable de compra?
“La moda sustentables va a costar más, pero normalmente el costo de mano de obra es entre 1 y 3%, y se dice que si alguien paga $250 pesos chilenos más por una prenda elaborada en Bangladesh, va lograr que se le pague mejor a quien la confeccionó. Eso en el entendido que las fábricas están pagando cada vez menos a sus trabajadores, 5% menos cada año.
La mayoría de los consumidores dicen que están dispuestos a pagar un 5% más por la ropa que está hecha en buenas condiciones, que no daña el medio ambiente, y ese 5% es suficiente para lograr un cambio. Hay que pagar más para tener moda ética".
Consumo de moda sustentable ¿solo para las elites?
Para Carry Somers, el costo de la moda sustentable siempre va a ser más alto debido a su preocupación por las materias primas y los procesos de producción. Pero ese precio -en general- es el verdadero precio que debería costar nuestra ropa.
Por lo mismo, ser un país en vías de desarrollo no nos exime de tener conciencia de que los costos de la ropa barata alguien los tendrá que pagar a mediano o largo plazo. "No pagar un buen precio, si supone un alto costo para los océanos, para la tierra, que terminarán pagando nuestros hijos. Porque alguien tendrá que pagar ese costo y tenemos estar conscientes de ello”, insiste.
Moda y dignidad en medio del estallido social
Para Carry Somers el concepto de dignidad que se ha puesto sobre la mesa en el estallido social debe tener una mirada universal, y no solo local. En ese sentido, les confiere un gran rol a las mujeres. “Las mujeres deben comprender que la desigualdad de género es un gran problema, y estamos comprando ropa para sentirnos mejor, sin pensar en todas las mujeres que participan de la cadena de suministro desde los directorios hasta las fábricas.
La industria de la moda puede mejorar las condiciones de las mujeres. Hemos visto esto en Bangladesh, donde el 40% de lxs trabajadores han visto fuego en las fábricas donde trabajan, y cada día están tomando riesgos para hacer nuestra ropa. Tenemos que exigir que nuestra ropa sea hecha en condiciones dignas y eso es importante desde la perspectiva de la igualdad de género”, enfatiza.
Carry Somers en la expedición científica a bordo del eXXpedition
La visita de Carry Somers se realiza luego de recorrer parte del océano Pacífico Sur con el fin de estudiar el impacto de los textiles y la industria de la moda en la contaminación los océanos.
Su travesía, en la expedición científica eXXpedition, le permitió arribar a Rapa Nui. eXXpedition Round the World, es una misión pionera de investigación científica y de navegación compuesta sólo por mujeres quienes navegan por el mundo en un velero, a través de cuatro giros oceánicos y del Ártico con el fin de constatar el impacto de los plásticos en las aguas oceánicas.
“La principal conclusión de mi viaje es que hay cinco veces más microplásticos en los últimos tres días en el giro Pacífico del sur, que en todos los otros días de investigaciones. Cinco veces más. Entonces es muy obvio que hay una gran concentración de microplásticos, pero no se ve en la superficie, parece muy limpia, muy azul y clara, pero cada vez que sacabamos el instrumento estaba lleno, con alrededor de 25 piezas de microplásticos y hay mucho más. Ello es un gran problema para la Isla de Pascua que está en medio de este océano y al mirar las playas es chocante, porque está lleno de microplástico, que no se puede sacar.
Debemos buscar las fuentes de los microplásticos, que son los plásticos, y debemos impedir que entren en los océanos. Nuestra ropa aporta el 24,8% de esos plásticos. Frente a esto podemos hacer algo. Por ejemplo, revisar nuestras etiquetas antes de comprar nuestra ropa”, concluye Carry.
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