(Por Beatriz O´Brien*) La pandemia del coronavirus Covid-19 está poniendo en jaque las estructuras tradicionales de la industria de la moda. Por lo mismo, resulta urgente plantearse de qué forma crear y producir de manera sustentable -en el amplio sentido de la palabra-, más aún en un escenario donde la asociatividad y lo local adquieren una importancia fundamental. En esa línea las cooperativas en el sector textil pueden ser una respuesta a la necesidad de un “nuevo hacer”. Pero ¿qué son y cómo operan? Hoy te lo explico.
Contexto para la formación de cooperativas en el sector textil
La industria textil es una de las grandes empleadoras a nivel global. Se calcula que 75 millones de personas trabajan directamente en la industria de la moda. La participación femenina en el sector ha sido, históricamente mayoritaria, entre un 70 – 80%.
El proceso textil es una cadena que cuenta con diversos eslabones: extracción y tratamiento de materias primas, producción textil, confección y consumo. Cada etapa está ligada y necesita de actores claves para poder llevarse a cabo. Por esto es importante pensar en el sector textil en su conjunto como un sistema orgánico de interdependencia.
Fundación Sol en conjunto con CONTEXTIL (Confederación de trabajadorxs textiles) realizó el “Estudio de trabajo en domicilio en la cadena de vestuario en Chile” en 2017, donde se investigan las condiciones laborales de las costureras a domicilio. El estudio devela la informalidad y desprotección del sector. Bajas remuneraciones, falta de seguridad social, permanente inestabilidad financiera y falta de maquinaria son parte de la realidad del rubro.
Las consecuencias de la pandemia, el cierre de fronteras, incertidumbre de internación de insumos de una larga cadena internacional nos hace revalorizar la importancia de contar con abastecimiento local. Se presenta como una oportunidad para reflexionar en torno a la relocalización del sistema textil.
Cooperativas textiles: características y alcances
Los diversos modelos de la Economía Solidaria proponen vías alternativas de producción y consumo que cuentan con la asociatividad como denominador común. Uno de estos modelos son las cooperativas. “Se les define como asociaciones que de conformidad con el principio de ayuda mutua tienen por objetivo mejorar las condiciones de vida de sus socios” - DAES (División de Asociatividad y Economía Solidaria dependiente del Ministerio de Economía).
Las cooperativas son empresas que se fundan en principios y valores colectivos: participación, solidaridad, autogestión. El ingreso a la cooperativa es voluntario y se establece a través de estatutos de común acuerdo. Se realizan asambleas periódicas en las cuales se vota en torno a temas prioritarios. Las cooperativas poseen una visión en la que sus miembros no son empleadxs, son socixs y se les considera dentro de la organización tanto a ellxs como sus familias.
La organización cooperativa interactúa con la comunidad y con su entorno directo. Es por esto que se les ha señalado como importantes motores de desarrollo local y territorial.
En el caso de que la empresa genere utilidades estás no se pueden retirar, se reinvierten en lo que la asamblea estime, por ejemplo, en compra de nueva maquinaria o en capacitaciones para lxs socixs. Esto ha demostrado que las cooperativas, modelo con más de un siglo de historia en nuestro país, puedan resistir de mejor manera las crisis.
El modelo cooperativo puede resultar beneficioso para el sector textil. Se pueden constituir diversos tipos de cooperativas dependiendo de los bienes o servicios que se deseen prestar. Existen cooperativas de trabajo, de servicios, de consumo. La composición flexible les permite ir adaptándose a diversos escenarios internos y a relacionarse con otras cooperativas. Una cooperativa que produce lanas puede vender a mejor costo a una cooperativa de tejedoras y estas a una cooperativa de consumo. De esta forma, el modelo cooperativo posee la capacidad de cubrir los diversos eslabones del sector textil.
Retomando el caso de las costureras a domicilio, constituir una cooperativa les permitiría contar con un contrato de trabajo, pago de salud y cotizaciones, establecer el precio de sus productos o servicios de forma conjunta, delimitar horarios de trabajo, entre otros. A mediano plazo, la costura como oficio, puede salir de su estado de subsistencia y convertirse en una opción de trabajo estable y digno para las costureras y las futuras generaciones.
Se debe tener claro que el modelo cooperativista no es una solución mágica. Es una empresa, se debe atener a un marco jurídico y contable, debe pagar impuestos (aun cuando cuenta con beneficios por ser una empresa de carácter social). Las cooperativas al igual que toda empresa puede pasar por momentos económicos difíciles. Lo más importante, es una organización fundada en valores humanos, sus miembros deben contar una convicción y un compromiso profundo y a largo plazo, tanto en épocas duras como en las de prosperidad. Al no perseguir fines de lucro, cada miembro cuenta con un pago fijo al mes independiente del desempeño de la empresa, dada la naturaleza colectiva no siempre existe unanimidad en la toma de decisiones, por eso el carácter colectivo que rige a estas organizaciones debe estar interiorizado en cada unx de sus miembros.
El sistema de moda global e imperante visibiliza el eslabón de consumo e invisibiliza la producción. Esta disociación hace que las prendas finales, en vistosos puntos de venta, no permitan al consumidor conocer el proceso productivo que se encuentra atrás. El oficio textil es difícil requiere de habilidad, experiencia y es necesario revalorizar su trabajo. El modelo cooperativista acorta la cadena y cuenta con menos intermediarios, esto permite que productores y consumidores se encuentran de forma cercana, al conocer a quien hace mi ropa, zapatos u accesorios se establece una relación personal y afectiva. Un modelo de cooperativas basados en estos principios puede ser un motor de cambio, de revalorización de nuestro vestuario, de las personas que trabajan en él y del oficio en sí.
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*Beatriz O'Brien es socióloga y directora de la organización Bien Común @biencomuncl que es una plataforma de cooperativismo y acción colectiva. Si quieres conocer más sobre formas de organización asociativa puedes escribir a: publicacionbiencomun@gmail.com
(Fotos gentileza de Traful Newen Trabajadoras Textiles Neuquén)
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