Los estímulos foráneos de la sociedad de consumo, nos impulsan a acumular para demostrar nuestro éxito. Sin embargo, esta convulsión está dañando irreparablemente el planeta. La ciencia lo dijo sin eufemismos: se acabó el tiempo de la reflexión, si no actuamos hoy, no hay vuelta atrás. Por lo mismo, tenemos que tomar algún tipo de posición y comenzar los cambios ahora, siendo ambiciosxs en sus resultados a corto plazo. Un camino para ello lo encontramos una corriente que apela a la disminución del consumo de carne, pero que bien podría aplicarse a la moda: la "dieta reducitaria", en este caso, de nuestro consumo de moda. ¿En qué se traduce aquello? Hoy lo desgloso desde diversas alternativas.
La lógica de la dieta reducitaria, en el mundo de la alimentación, es que no todxs pueden llegar a ser veganos o vegatarianos, pero si cada unx de nosotrxs puede disminuir su consumo de carnes (sobre todo las rojas, que son las que más aportan gases metano a la atmósfera), proponiéndose una cuota anual. Por ejemplo: 2 kilos al año. Ese dato entrega un parámetro real y cuantificable que no sólo te ayuda a organizar tu vida cotidiana en función de ese propósito, sino también te aleja del síndrome de abstinencia, que podría provocar un indeseado "efecto rebote" (terminas comiendo, incluso más, de lo que solías hacerlo al principio).
Asimismo, te puede dar una nueva perspectiva de vida, que termine por hacerte abandonar la carne o disminuirla a su mínima proporción.
Traspasa ese mismo efecto a tu consumo de ropa. Probablemente querer hacer un cambio radical en tu vida como "no comprar más indumentaria por muchos meses", "aislarte del consumo" o cualquier otra alternativa radical puede tener un efecto contraproducente, más aún si consideras que vivimos en un entorno que nos llena de estímulos completamente inversos. Por lo mismo, ¿qué pasaría si comenzamos a establecer cuotas de consumo que apunten a crear una dieta reducitaria de moda?
Sin duda, podríamos manejar mejor nuestros impulsos y comenzaríamos a incorporar otros verbos al vestir, que nos calmen la ansiedad de novedad. Así también podríamos establecer esas "cuotas" con amigxs, traduciendo el esfuerzo individual a uno grupal o colectivo.
Este último punto es clave, porque la moda como herramienta de comunicación e identidad, se compra de forma individual, pero se luce en comunidad. Por lo mismo, si creamos "cuotas comunitarias" (entiéndase con grupos de amigxs, familia y/o círculo de confianza) de consumo de moda, podríamos:
En definitiva la "dieta reducitaria" de moda no solo será un aporte para tu economía familiar, reordenará tus prioridades y calmará tu ansiedad, sino también se transformará en una herramienta efectiva de acción por el clima desde el cotidiano, ya que disminuirás tu huella ambiental ligada al vestir.
En este contexto, ¿ves la dieta reducitaria de moda como una alternativa posible para tu vida? ¿te animarías a hacerla?
Vivir una "dieta reducitaria" en el consumo de moda
La lógica de la dieta reducitaria, en el mundo de la alimentación, es que no todxs pueden llegar a ser veganos o vegatarianos, pero si cada unx de nosotrxs puede disminuir su consumo de carnes (sobre todo las rojas, que son las que más aportan gases metano a la atmósfera), proponiéndose una cuota anual. Por ejemplo: 2 kilos al año. Ese dato entrega un parámetro real y cuantificable que no sólo te ayuda a organizar tu vida cotidiana en función de ese propósito, sino también te aleja del síndrome de abstinencia, que podría provocar un indeseado "efecto rebote" (terminas comiendo, incluso más, de lo que solías hacerlo al principio).
Asimismo, te puede dar una nueva perspectiva de vida, que termine por hacerte abandonar la carne o disminuirla a su mínima proporción.
Traspasa ese mismo efecto a tu consumo de ropa. Probablemente querer hacer un cambio radical en tu vida como "no comprar más indumentaria por muchos meses", "aislarte del consumo" o cualquier otra alternativa radical puede tener un efecto contraproducente, más aún si consideras que vivimos en un entorno que nos llena de estímulos completamente inversos. Por lo mismo, ¿qué pasaría si comenzamos a establecer cuotas de consumo que apunten a crear una dieta reducitaria de moda?
Sin duda, podríamos manejar mejor nuestros impulsos y comenzaríamos a incorporar otros verbos al vestir, que nos calmen la ansiedad de novedad. Así también podríamos establecer esas "cuotas" con amigxs, traduciendo el esfuerzo individual a uno grupal o colectivo.
Este último punto es clave, porque la moda como herramienta de comunicación e identidad, se compra de forma individual, pero se luce en comunidad. Por lo mismo, si creamos "cuotas comunitarias" (entiéndase con grupos de amigxs, familia y/o círculo de confianza) de consumo de moda, podríamos:
- Sumar nuevos verbos como reparar, personalizar, customizar y/o embellecer, ayudándonos a ponerlos en práctica, ya sea porque siempre hay alguien en los grupos bueno para las "manualidades" o que conoce a personas que nos puedan guiar y/o realizar la tarea gracias a su talento.
- Contenernos entre todxs cuando llega la "tentación" del consumo impulsivo y/o apoyarnos a volver "al rumbo" cuando no se pudo resistir a los descuentos o similares.
- Aprender colectivamente nuevas formas de vivir y disfrutar nuestro clóset, sin comprar. Por ejemplo: intercambiando prendas, creando en conjunto un clóset compartido o tenidas según ocasiones.
- Compartir datos de propuestas locales, que adscriban a valores sostenibles y, por lo tanto, sean una inversión para nuestro clóset, haciéndole justicia a nuestra "cuota", es decir, que sean de buena calidad, hechos con la menor huella ambiental y humana posible, y que tengan vocación heredable.
En definitiva la "dieta reducitaria" de moda no solo será un aporte para tu economía familiar, reordenará tus prioridades y calmará tu ansiedad, sino también se transformará en una herramienta efectiva de acción por el clima desde el cotidiano, ya que disminuirás tu huella ambiental ligada al vestir.
En este contexto, ¿ves la dieta reducitaria de moda como una alternativa posible para tu vida? ¿te animarías a hacerla?
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