[EXPOSICIÓN] Nuestra ropa, nos guste o no, guarda nuestras historias y refleja quienes somos a través de un lenguaje silencioso. Así lo comprobamos al visitar la exposición "Pasado de moda" (abierta hasta el 20 de mayo 2023) del Museo Histórico Nacional (MHN), que a través de 80 piezas dividas en cinco temáticas "permiten recordar personajes históricos, entender distintas definiciones del lujo, del rol social de la uniformidad y la importancia de trajes utilizados en ceremonias católicas. También, por medio de la ropa interior podemos conocer la vida íntima de nuestros antepasados", se detalla en el muro de ingreso de la exhibición, cuya curatoría fue realizada por Emilia Müller e Isabel Alvarado. Nosotrxs tuvimos el placer de recorrela junto a Emilia y hoy te contamos nuestras impresiones para animarte a visitar.
"Pasado de moda": una exposición de relatos locales
Recorrer una exposición junto a una de sus curadoras es una experiencia impagable. No solo porque permite adentrarse en el relato de la exhibición de una manera íntima, sino también porque es una oportunidad única para conocer el "backstage" de su montaje.
En esa línea Emilia nos contó que este trabajo rinde tributo a sus mentoras, Isabel Alvarado y Fanny Espinoza (esta última ya jubilada), quienes fueron -por muchos años- las cabezas del Departamento Textil del Museo Histórico Nacional. De hecho, la sala posterior a la muestra es un espacio didáctico para conocer como es el trabajo de conservación de la ropa, los diferentes pasos que hay que seguir cuando es recibida una pieza donada y la prolijidad y vocación por el detalle que deben tener quienes son parte de este proceso.
En cuanto a la exposición en sí, son 80 piezas de las 4.500 que tiene actualmente el museo. Ellas fueron dividas en 5 núcleos temáticos: protagonistas de la historia; de lujo; trajes sagrados; entre la uniformidad y distinción; y una segunda piel.
El primero de ellos, protagonistas de la historia, da cuenta de lo que tradicionalmente se esperaría de un museo de historia: vestuario de personas que marcaron el devenir nacional a través de sus acciones e impronta. Pero lo interesante de esta selección es que se sale de lo "obvio" y busca destacar también a figuras poco conocidas de nuestra historia, pero que fueron pioneras en sus ámbitos y cuyas piezas claves nos dicen mucho sobre nuestra idiosincracia, pero también del carácter de estxs protagonistas. Por ejemplo: un vestido de la primera poeta publicada en Chile, Mercedes Marín del Solar, cuyo trabajo de restauración fue enorme (foto de abajo).
En el segundo tema, de lujo, se busca propiciar una reflexión en torno a qué entendemos hoy por el lujo y mostrar cómo su significado ha evolucionado con el tiempo. Además de visualizar el lujo desde nuestra riqueza pluricultural. De ahí, la manta mapuche utilizada por el lonko para ceremonias importantes (foto inferior).
El tercer ámbito es trajes sagrados, otra área clásica de los museos de historia. En este caso busca mostrar como en la religión católica, los ritos marcan el ciclo de la vida. En este espacio se observa como, por ejemplo, el luto ya no tiene el simbolismo de antaño ejemplificándolo mediante el mantón de Manila, originario de la Colonia, cuyo uso perduró y se diversificó, no solo en rito religiosos sino también cuando se estaba de luto o para pasear y comprar por la ciudad (foto inferior).
El cuarto núcleo era entre la uniformidad y distinción, y nos obligaba a reflexionar el rol del uniforme en nuestra sociedad en cuanto al orden, las jerarquías, reconocimiento, y también respecto a como gracias a él, las mujeres pudieron apropiarse del espacio público, que muchas veces les fue vedado. Un caso emblemático de ello es el uniforme de las cantineras (foto abajo), mujeres que quisieron ser parte del contingente chileno en la Guerra del Pacífico, pero que no pudiendo ser soldados, cumplieron un rol como lavandera, cocinera y costurera de la tropa; auxiliando a los soldados heridos y suministrándole agua en pleno combate. Emilia precisa que si bien el rol de cuidado fue el inicial luego si tomaron las armas y se transformaron en mujeres soldados. "Su figura fue reconocida por el mundo militar de la época, fueron mujeres muy valientes y que escaparon totalmente del canon dela época", reafirma.
Finalmente, el quinto es una segunda piel, que nos permite internarnos -literalmente- en la intimidad de nuestros antepasados y conocer la evolución de la ropa interior y de sus significados en diferentes etapas de la historia, sobre todo en el caso de las mujeres. Por ejemplo, el corset de la foto correspondiente a una mujer embarazada, le permitía tener vida social en una época que las embarazadas casi no podían salir de sus hogares.
En la parte final de la exposición, se encontraba la zona de intercambio, que mediante algunas preguntas claves en unos espejos, tales como ¿sabes cómo fue hecha tu ropa? o ¿qué prenda donarías al museo y por qué?, entre otras, nos incentivan a reflexionar sobre nuestra relación con el vestir y nuestro clóset. A mi me encantó, porque estas interrogantes están alineadas directamente con las temáticas que por años hemos desarrollado en QT y que nos conducen hacia un consumo consciente y responsable de moda (también me recordaron la expo de 10 años de QT).
Saber que el museo también está impulsando ese debate fue muy gratificante.
En resumen, "Pasado de moda" es una exhibición imperdible no solo para quienes amen la moda, sino también para todxs aquellxs que quieren comenzar a transitar hacia una nueva relación con el vestir, ya que este recorrido nos motiva a mirarnos íntimamente a través de la ropa de otrxs, a descubrir nuevas narrativas y a pensar en qué relato estamos escribiendo mediante nuestro vestuario hoy.
¿Quiénes fueron sus curadoras? Emilia Müller e Isabel Alvarado (co curadora)
¿Quiénes conforma el equipo conservación? Mabel Canales, Francisca Campos, Catalina Rivera, Sara Salazar y Víctor Arzola.
En esa línea Emilia nos contó que este trabajo rinde tributo a sus mentoras, Isabel Alvarado y Fanny Espinoza (esta última ya jubilada), quienes fueron -por muchos años- las cabezas del Departamento Textil del Museo Histórico Nacional. De hecho, la sala posterior a la muestra es un espacio didáctico para conocer como es el trabajo de conservación de la ropa, los diferentes pasos que hay que seguir cuando es recibida una pieza donada y la prolijidad y vocación por el detalle que deben tener quienes son parte de este proceso.
Copia del libro de ingreso de prendas donadas al museo (arriba) / Imagen promocional de la exposición (abajo)
En cuanto a la exposición en sí, son 80 piezas de las 4.500 que tiene actualmente el museo. Ellas fueron dividas en 5 núcleos temáticos: protagonistas de la historia; de lujo; trajes sagrados; entre la uniformidad y distinción; y una segunda piel.
El primero de ellos, protagonistas de la historia, da cuenta de lo que tradicionalmente se esperaría de un museo de historia: vestuario de personas que marcaron el devenir nacional a través de sus acciones e impronta. Pero lo interesante de esta selección es que se sale de lo "obvio" y busca destacar también a figuras poco conocidas de nuestra historia, pero que fueron pioneras en sus ámbitos y cuyas piezas claves nos dicen mucho sobre nuestra idiosincracia, pero también del carácter de estxs protagonistas. Por ejemplo: un vestido de la primera poeta publicada en Chile, Mercedes Marín del Solar, cuyo trabajo de restauración fue enorme (foto de abajo).
Arriba: chaqueta de titulación de la Escuela de Altos Estudios de París del naturalista Claudio Gay / Abajo: sombrero y bufanda característico del presidente Jorge Alessandri
En el segundo tema, de lujo, se busca propiciar una reflexión en torno a qué entendemos hoy por el lujo y mostrar cómo su significado ha evolucionado con el tiempo. Además de visualizar el lujo desde nuestra riqueza pluricultural. De ahí, la manta mapuche utilizada por el lonko para ceremonias importantes (foto inferior).
Vestido de Dior importado de Francia, comprado en su boutique parisina, “Colifichets”
El tercer ámbito es trajes sagrados, otra área clásica de los museos de historia. En este caso busca mostrar como en la religión católica, los ritos marcan el ciclo de la vida. En este espacio se observa como, por ejemplo, el luto ya no tiene el simbolismo de antaño ejemplificándolo mediante el mantón de Manila, originario de la Colonia, cuyo uso perduró y se diversificó, no solo en rito religiosos sino también cuando se estaba de luto o para pasear y comprar por la ciudad (foto inferior).
El cuarto núcleo era entre la uniformidad y distinción, y nos obligaba a reflexionar el rol del uniforme en nuestra sociedad en cuanto al orden, las jerarquías, reconocimiento, y también respecto a como gracias a él, las mujeres pudieron apropiarse del espacio público, que muchas veces les fue vedado. Un caso emblemático de ello es el uniforme de las cantineras (foto abajo), mujeres que quisieron ser parte del contingente chileno en la Guerra del Pacífico, pero que no pudiendo ser soldados, cumplieron un rol como lavandera, cocinera y costurera de la tropa; auxiliando a los soldados heridos y suministrándole agua en pleno combate. Emilia precisa que si bien el rol de cuidado fue el inicial luego si tomaron las armas y se transformaron en mujeres soldados. "Su figura fue reconocida por el mundo militar de la época, fueron mujeres muy valientes y que escaparon totalmente del canon dela época", reafirma.
Finalmente, el quinto es una segunda piel, que nos permite internarnos -literalmente- en la intimidad de nuestros antepasados y conocer la evolución de la ropa interior y de sus significados en diferentes etapas de la historia, sobre todo en el caso de las mujeres. Por ejemplo, el corset de la foto correspondiente a una mujer embarazada, le permitía tener vida social en una época que las embarazadas casi no podían salir de sus hogares.
En la parte final de la exposición, se encontraba la zona de intercambio, que mediante algunas preguntas claves en unos espejos, tales como ¿sabes cómo fue hecha tu ropa? o ¿qué prenda donarías al museo y por qué?, entre otras, nos incentivan a reflexionar sobre nuestra relación con el vestir y nuestro clóset. A mi me encantó, porque estas interrogantes están alineadas directamente con las temáticas que por años hemos desarrollado en QT y que nos conducen hacia un consumo consciente y responsable de moda (también me recordaron la expo de 10 años de QT).
Saber que el museo también está impulsando ese debate fue muy gratificante.
La curadora Emilia Muller en muralla para depositar respuestas a preguntas de los espejos
Respuestas de algunos visitantes de la exposición (arriba y abajo)
En resumen, "Pasado de moda" es una exhibición imperdible no solo para quienes amen la moda, sino también para todxs aquellxs que quieren comenzar a transitar hacia una nueva relación con el vestir, ya que este recorrido nos motiva a mirarnos íntimamente a través de la ropa de otrxs, a descubrir nuevas narrativas y a pensar en qué relato estamos escribiendo mediante nuestro vestuario hoy.
Sofía Calvo, fundadora y directora de QT junto a la curadora de la exposición "Pasado de moda", Emilia Muller
Datos claves de "Pasado de moda"
+ información de la muestra: en el sitio web del museo¿Quiénes fueron sus curadoras? Emilia Müller e Isabel Alvarado (co curadora)
¿Quiénes conforma el equipo conservación? Mabel Canales, Francisca Campos, Catalina Rivera, Sara Salazar y Víctor Arzola.
¿Dónde visitar "Pasado de moda"? En el Museo Histórico Nacional ubicado en Plaza de Armas 951 (se puede llegar de forma muy fácil en metro por la línea 5, estación Plaza de Armas)
¿Hasta cuándo está abierta? Hasta 20 de mayo de 2023. (Martes a domingo de 10.00 a 17.30 hrs.)
Entrada gratuita.
¿Hasta cuándo está abierta? Hasta 20 de mayo de 2023. (Martes a domingo de 10.00 a 17.30 hrs.)
Entrada gratuita.
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