El impacto de nuestros estilo de vida al vestir en el calentamiento global
El G20 está integrado por 19 países (Alemania, Arabia Saudí, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, Reino Unido, República de Corea, México, Rusia, Sudáfrica,Turquía) y la Unión Europea.En esta línea el reporte del Instituto Hot and Cool da cuenta de una diversidad no solo asociada a la relación de esas naciones con el vestir, sino también a sus grados de desarrollo e injerencia en la industria de la moda.
Se preguntarán cuáles son los "estilos de vida vinculados al vestir" al que hace referencia esta investigación. Particularmente a la compra de ropa nueva en mayor o menor frecuencia, entregando recomendaciones para bajar la huella que produce esta acción incluyendo "nuevos verbos" (según yo!) a la ecuación.
En términos generales, el análisis del informe mostró brechas importantes entre las huellas de consumo de moda actual y los objetivos asociados al Acuerdo de París (mantener el aumento de la temperatura global promedio por debajo de 1,5 grados Celsius). "El objetivo de huella per cápita para 2030 se supera en 14 de los 191 países encuestados del G20, lo que indica que se necesitan reducciones rápidas y radicales en el consumo de moda", afirman.
De hecho, entre sus conclusiones señalan que las brechas de huella entre los estilos de vida vinculados a la moda y el objetivo climático deben reducirse en un 60% en promedio para 2030 entre los países de ingresos altos del G20 (Australia, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Arabia Saudita, Sudáfrica, Corea, Reino Unido y Estados Unidos). Mientras que en los países de renta media alta (Argentina, Brasil, China, México, la Federación de Rusia, Sudáfrica y Turquía) la disminución debe ser de más de un 40% para 2030.
Por su parte, los países de renta media baja (India e Indonesia) ) tienen un presupuesto de carbono positivo en cuanto a sus estilos de vida ligados al vestir, lo que significa que su huella de carbono del consumo de moda está por debajo del objetivo de 1,5 grados.
Todo lo anterior comprueba algo que ya intuíamos: "En promedio, las emisiones del 20% más rico fueron 20 veces más altas que las emisiones del 20% más pobre. Esta relación varía sustancialmente entre países, en consonancia con los niveles de desigualdad de ingresos", insisten.
Recomendaciones generales del reporte
El reporte Unfit, Unfair, Unfashionable entrega una gran variedad de recomendaciones (asociadas a diversos escenarios) tanto para la industria de la moda (nivel sistémico) como a la ciudadanía (nivel comportamiento individuales) de los países del G20, que de alguna manera también nos impactan a quienes no estamos considerados en la muestra, pero que nos sentimos identificados con algunas conductas de consumo de moda de las naciones analizadas.Sin entrar en el detalle (les sugiero leerlo porque es muy interesante) explican que para llegar al llamado "espacio justo de consumo de moda" se requiere antes que todo REDUCIR la compra de ropa (nueva o usada) optando por "comprar menos, pero mejor; compartir y compartir mejor".
Desde esa perspectiva detallan que "los enfoques de suficiencia que se enfocan en reducir las compras de ropa nueva han surgido claramente como las soluciones más efectivas para reducir la huella de la moda. Sus efectos superan en gran medida lo que se puede lograr a través de mejoras en la eficiencia a lo largo de la cadena de valor de la moda y a través de otras soluciones centradas en el consumo, como reducir el lavado y el secado o desechar la ropa de manera responsable. Si bien estas últimas siguen siendo acciones fundamentales para transformar la moda, se deben implementar políticas y otros facilitadores para abordar directamente el consumo excesivo. Si nos enfocamos predominantemente en la eficiencia y las mejoras tecnológicas, es probable que no logremos las reducciones necesarias en las emisiones de carbono", subrayan.
Por lo mismo sugieren limitar las compras de prendas nuevas a un promedio de 5 artículos por año. Pero antes de ello, son majaderos en reiterar en la importancia de USAR lo que ya se tiene, repararlo/arreglarlo y lavarlo a bajas temperaturas.
De hecho, hablan de si nuestros países tienen dos temporadas climáticas al año deberíamos tener idealmente un clóset / guardarropas de 74 prendas (mira el reel que hice al respecto!).
Y que evitemos la compra impulsiva, a compra online, dejar "inactivas" (no usar) prendas que tenemos en el clóset y lavar en exceso.
Nos invitan a queramos y apreciemos nuestra ropa; que conozcamos la historia tras esas prendas o en otras palabras sepamos cómo y por qué fue hecha y que aprendamos sobre los materiales textiles.
Además que sigamos cuidando nuestras prendas (leyendo etiquetas, conociendo tips para mantenerlas correctamente); continuemos reparándolas y arreglándolas.
A lo anterior, añaden que cambiemos la compra de ropa nueva por otras prácticas de consumo como la compra de ropa usada (que no debería ser mayor al 20% del total de lo que ya tenemos), intercambiemos, arrendemos, rediseñemos, modifiquemos o alteremos nuestras piezas para sumar novedad y frescura a nuestros clóset cuando lo requiramos.
Uno de los aspecto que más me gustó de este informe es el protagonismo que le dan a la ciudadanía en torno a ser actor clave a la hora de contribuir a frenar la sobreproducción de ropa reduciendo su consumo, así también las diferentes responsabilidades que se tienen en función de la posición social y económica en la que uno se encuentra.
Para mi, es un reporte que hay que conocer, leer y analizar, porque nos motiva a reflexionar y hacer acción climática desde el vestir cotidiano.
¿Cómo te sientes frente a estas recomendaciones?
¿Dónde revisar el reporte? En el sitio web del Instituto Hot and Cool
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