La pasión es contagiosa, más aún en aquellas áreas como la moda, donde este sentimiento es uno de los componentes movilizadores de la acción, a falta de institucionalidad y mayores recursos que la sostengan (al menos en Chile). En el Museo de la Moda la pasión es el cimiento del trabajo de los diversos profesionales que laboran allí. Así nos quedó claro luego de visitar su Departamento de Conservación junto con un grupo de blogueros de moda. Si bien hace unos años pude conocer en profundidad su exposición de los 80s, no había tenido la oportunidad de visitar sus depósitos y adentrarme en el backstage de sus exhibiciones. Pero ¿qué fue lo que encontramos? Sin duda el paraíso para cualquiera que se aprecie de amar la moda. Te invitamos a recorrerlo a través de nuestros ojos.
El Museo de la Moda abrió sus puertas al público a mediados del 2007 con la Exhibición de Tenis, y a diferencia de otros espacios de este tipo, su foco está en la realización de muestras temáticas, por lo que no cuenta con una sala de colección permanente. Sin embargo en sus depósitos se guardan alrededor de 13.000 mil piezas desde el siglo XVIII a la fecha, muchas de ellas verdaderos tesoros de la historia de la moda internacional. El grueso de la colección es de los años 50 y 60; y al igual que el Museo Histórico Nacional, la mayoría corresponden a prendas festivas o de la nobleza, ya que conseguir vestuario cotidiano de siglos pasados resulta muy difícil.
Sin embargo, el camino que recorren estas prendas hasta su conservación, supone diversos pasos que no sólo permiten su óptima preservación, sino también su fácil búsqueda e investigación. Pero ¿cómo se inicia este viaje? Si bien algunos procesos no siempre se dan en el mismo orden, para su mejor entendimiento optamos por enumerarlos de esta manera:
1- Adquisiciones: Las piezas del Museo de la Moda llegan en su mayoría a través de remates realizados en Inglaterra, Francia y EE.UU. (Nueva York). Sin embargo, también reciben prendas vía donaciones.
2- Registro. A esta unidad llegan todas las piezas que entran al museo, ya sea en base a donaciones o compras. Como primer paso, se le hace un registro manual con una descripción detallada de la prenda: la materialidad, color, forma, cuánto mide, si tiene etiqueta, qué etiquetas tiene, cómo está, en qué condiciones, a quién se lo compraron, quién lo donó, en qué circunstancias, etc. Esta información se indexa en la base de datos, junto a una foto tanto de la prenda como su etiqueta, si la tuviera.
En este punto se señala también si es necesario restaurar o no, decisión que recae finalmente en el creador del museo, Jorge Yarur, quien determinará el momento en que se llevará a cabo este proceso. Él posee un conocimiento profundo de cada una de las prendas que conserva el museo.
3- Curatoría. Con los datos recogidos en el registro, se profundiza en la investigación histórica de la prenda y se arma un relato más profundo sociocultural que sentará las bases para futuras exhibiciones.
4- Restauración / Conservación: cuando las prendas no deben ser restauradas en profundidad y tienen sólo pequeños pasan al área de conservación, donde son reparadas, aspiradas y se les pone un número de registro para pasar a depósito.
Uno de los aspectos que dan cuenta del trabajo de "joyería" que se realiza en el museo es que en él se fabrican a medida desde los colgadores -que tienen una base de madera forrados con napa y con una venda de algodón libre de ácido, de manera de no perturbar la prenda- hasta cajas libres de ácido para ciertos accesorios, todo ello con el objetivo de que no sufran ningún daño.
Ahora en el área de Restauración cuentan con un laboratorio para determinar el tipo de trabajo que debe hacérsele a la prenda. Sin embargo, la pieza no se interviene para que parezca nueva, sino que se arregla con la idea de preservarla, sin que desaparezcan las huellas de uso que visualizan su historia.
Por ejemplo, la transpiración ha provocado que chalecos de hombre del siglo XVII, XVIII, tengan manchas bajo la axila, no obstante, restaurar no es quitar la mancha, sino mantenerla en estado lo más original posible, pero sin transformar.
El Museo de la Moda también cuenta con objetos de artes decorativas que pasan por un proceso similar al descrito.
5- Documentación: en el museo existe un centro de documentación, que complementa las piezas de la colección. En él se conservan y administran revistas, imágenes, grabados, fotografías, bocetos, etcétera. Para que se hagan una idea de la riqueza de su patrimonio hay figurines originales de diseñadores desde el siglo XVIII, junto a todas las colecciones de las revistas Vogue del mundo y todas las revistas Paula desde su origen. Nos contaron que previa cita se pueden consultar para investigaciones, lo nos pareció espectacular.
6- Depósitos: en esta área el equipo se encarga de mantener la ropa tal cual como viene de afuera, guardándolas en cajones libres de ácido o colgadas por épocas y según su materialidad, soporte, peso, color.
Las prendas son rellenadas con papel libre de ácido para que conserven su forma original, de tal manera que no se aplasten, deformen, ni desgasten. De hecho, cuando son exhibidas se hacen los maniquíes a medida, simulando el cuerpo de quien la usó.
Al igual que en el Museo Histórico Nacional, nos cuentan que la luz, la temperatura y humedad determinan la conservación de las prendas, y que los materiales modernos (sintéticos) suponen un tremendo desafío, ya que no hay claridad sobre cómo reaccionarán con el tiempo.
En la visita pudimos conocer diversos ejemplos de este proceso y nos terminamos de convencer de lo afortunados que somos de tener un Museo de la Moda de talla internacional en nuestro país, que está contribuyendo a la preservación la historia mundial.
¿Conocías el trabajo de conservación del Museo de la Moda? ¿has visitados su exhibiciones?
El Departamento de Conservación del Museo de la Moda
El Museo de la Moda abrió sus puertas al público a mediados del 2007 con la Exhibición de Tenis, y a diferencia de otros espacios de este tipo, su foco está en la realización de muestras temáticas, por lo que no cuenta con una sala de colección permanente. Sin embargo en sus depósitos se guardan alrededor de 13.000 mil piezas desde el siglo XVIII a la fecha, muchas de ellas verdaderos tesoros de la historia de la moda internacional. El grueso de la colección es de los años 50 y 60; y al igual que el Museo Histórico Nacional, la mayoría corresponden a prendas festivas o de la nobleza, ya que conseguir vestuario cotidiano de siglos pasados resulta muy difícil.
Sin embargo, el camino que recorren estas prendas hasta su conservación, supone diversos pasos que no sólo permiten su óptima preservación, sino también su fácil búsqueda e investigación. Pero ¿cómo se inicia este viaje? Si bien algunos procesos no siempre se dan en el mismo orden, para su mejor entendimiento optamos por enumerarlos de esta manera:
1- Adquisiciones: Las piezas del Museo de la Moda llegan en su mayoría a través de remates realizados en Inglaterra, Francia y EE.UU. (Nueva York). Sin embargo, también reciben prendas vía donaciones.
2- Registro. A esta unidad llegan todas las piezas que entran al museo, ya sea en base a donaciones o compras. Como primer paso, se le hace un registro manual con una descripción detallada de la prenda: la materialidad, color, forma, cuánto mide, si tiene etiqueta, qué etiquetas tiene, cómo está, en qué condiciones, a quién se lo compraron, quién lo donó, en qué circunstancias, etc. Esta información se indexa en la base de datos, junto a una foto tanto de la prenda como su etiqueta, si la tuviera.
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Conversando con el equipo de Registro |
En este punto se señala también si es necesario restaurar o no, decisión que recae finalmente en el creador del museo, Jorge Yarur, quien determinará el momento en que se llevará a cabo este proceso. Él posee un conocimiento profundo de cada una de las prendas que conserva el museo.
3- Curatoría. Con los datos recogidos en el registro, se profundiza en la investigación histórica de la prenda y se arma un relato más profundo sociocultural que sentará las bases para futuras exhibiciones.
4- Restauración / Conservación: cuando las prendas no deben ser restauradas en profundidad y tienen sólo pequeños pasan al área de conservación, donde son reparadas, aspiradas y se les pone un número de registro para pasar a depósito.
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Disfraz de 1900, Colombina |
Uno de los aspectos que dan cuenta del trabajo de "joyería" que se realiza en el museo es que en él se fabrican a medida desde los colgadores -que tienen una base de madera forrados con napa y con una venda de algodón libre de ácido, de manera de no perturbar la prenda- hasta cajas libres de ácido para ciertos accesorios, todo ello con el objetivo de que no sufran ningún daño.
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Un ejemplo de las cajas especiales y colgadores que fabrican en el museo |
Ahora en el área de Restauración cuentan con un laboratorio para determinar el tipo de trabajo que debe hacérsele a la prenda. Sin embargo, la pieza no se interviene para que parezca nueva, sino que se arregla con la idea de preservarla, sin que desaparezcan las huellas de uso que visualizan su historia.
Por ejemplo, la transpiración ha provocado que chalecos de hombre del siglo XVII, XVIII, tengan manchas bajo la axila, no obstante, restaurar no es quitar la mancha, sino mantenerla en estado lo más original posible, pero sin transformar.
El Museo de la Moda también cuenta con objetos de artes decorativas que pasan por un proceso similar al descrito.
5- Documentación: en el museo existe un centro de documentación, que complementa las piezas de la colección. En él se conservan y administran revistas, imágenes, grabados, fotografías, bocetos, etcétera. Para que se hagan una idea de la riqueza de su patrimonio hay figurines originales de diseñadores desde el siglo XVIII, junto a todas las colecciones de las revistas Vogue del mundo y todas las revistas Paula desde su origen. Nos contaron que previa cita se pueden consultar para investigaciones, lo nos pareció espectacular.
6- Depósitos: en esta área el equipo se encarga de mantener la ropa tal cual como viene de afuera, guardándolas en cajones libres de ácido o colgadas por épocas y según su materialidad, soporte, peso, color.
Las prendas son rellenadas con papel libre de ácido para que conserven su forma original, de tal manera que no se aplasten, deformen, ni desgasten. De hecho, cuando son exhibidas se hacen los maniquíes a medida, simulando el cuerpo de quien la usó.
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Prendas del siglo XVIII |
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Vestido Dior |
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Vestido usado por Diana de Gales |
Al igual que en el Museo Histórico Nacional, nos cuentan que la luz, la temperatura y humedad determinan la conservación de las prendas, y que los materiales modernos (sintéticos) suponen un tremendo desafío, ya que no hay claridad sobre cómo reaccionarán con el tiempo.
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Tesoros nacionales: vestidos Marco Correa (arriba y abajo) |
En la visita pudimos conocer diversos ejemplos de este proceso y nos terminamos de convencer de lo afortunados que somos de tener un Museo de la Moda de talla internacional en nuestro país, que está contribuyendo a la preservación la historia mundial.
¿Conocías el trabajo de conservación del Museo de la Moda? ¿has visitados su exhibiciones?
(Fotos por Lontano)
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