[ESTUDIOS DE MODA] Por diversas razones he tenido que bucear en diferentes fuentes bibliográficas y vivas para construir un marco teórico que sustente la intervención del Estado en la crisis ambiental que ha provocado la moda en Chile. Para mi sorpresa no he encontrado ninguna fuente oficial que me provea de datos duros que permitan dimensionar el problemas más allá de las inferencias matemáticas que es posible realizar comparando realidades similares. Si bien esa situación requiere una reflexión por separado, hoy me quiero detener en otro hallazgo de mi búsqueda: casi no existe (fácilmente rastreable) producción académica chilena que aborde el estudio de la moda y la sostenibilidad a través de la medición y levantamiento de información científica y numérica. ¿Por qué se ha producido aquello? Tengo una hipótesis que hoy comparto con ustedes.
Al revisar en Google Académico es posible observar una línea de investigación centrada en la historia, identidad y consumo de la moda latina, sin embargo no se aprecia un gran interés por relevar temas urgentes ligados a la relación de la moda con la emergencia climática o el impacto de la industria en las comunidades locales desde Latinoamérica.
Esta desafección por un problema que parece pequeño, pero está teniendo impactos tremendos en diversas comunidades locales, ha provocado que exista un vacío enorme de información de la escena local y latina.
En el caso chileno este diagnóstico se exacerba, ya que no es posible rastrear de manera fácil documentos que permitan establecer "líneas bases" de análisis sobre por ejemplo, producción textil, residuos textiles, importación de ropa nueva y usada según origen, materialidad, etc; contaminación textil en nuestras costas y el desierto, solo por nombrar algunas materias derivadas de la contingencia.
Si bien, toda la apuesta del sector está en que el Estado mida y levante cifras como consecuencia de la inclusión de la ropa y textiles como producto prioritario de la Ley REP, el hecho objetivo es que no puede ser el único actor responsable de analizar estas temáticas, se necesitan más puntos de vistas especializados para contrastar resultados y establecer las mejores soluciones para los problemas derivados de la sobreproducción (en nuestro caso sobreimportación) y sobreconsumo de moda.
Desde mi perspectiva, la academia no ha tenido interés en abordar el estudio de la moda desde un enfoque sostenible, porque aún existen prejuicios asociados a la industria, que la consideran superficial y banal a lo que se suma la poca oferta académica ligada a la enseñanza de la moda y el diseño de vestuario a nivel universitario.
No obstante lo anterior, dados los hechos recientes en cuanto a la creación de zonas de sacrificio por parte de la moda en nuestro país, me parece que no se puede seguir sosteniendo esta postura y es el momento que no solo las escuelas especializadas tomen la batuta en esta tarea sino también otras carreras del ámbito científico, ingenieril y las humanidades. Todo ello en el entendido que la sostenibilidad requiere (exige) un abordaje interdisciplinario y estratégico para la consecución de cambios de paradigmas económicos, sociales y ambientales.
Me parece urgente la academia asuma su deuda con la moda y la mire como una industria que ha aportado a la degradación del planeta y también de los índices de desarrollo humano de muchas personas a lo largo del mundo. No creo que sea necesario que los vertederos ilegales u otras externalidades negativas del negocio tengan que llegar a las puertas de las casas de estudio para que comprenda la envergadura del desafío.
Si la academia quiere ser un actor importante en la gestión de las políticas públicas y la legislación derivada de estas materias, no puede quedarse en la galería debe entrar a escena y poner sobre la mesa sus visiones, investigaciones y puntos de vista.
Yo estoy ansiosa por conocerlos.
Moda: una palabra demasiado liviana para la academia
Al revisar en Google Académico es posible observar una línea de investigación centrada en la historia, identidad y consumo de la moda latina, sin embargo no se aprecia un gran interés por relevar temas urgentes ligados a la relación de la moda con la emergencia climática o el impacto de la industria en las comunidades locales desde Latinoamérica.
Esta desafección por un problema que parece pequeño, pero está teniendo impactos tremendos en diversas comunidades locales, ha provocado que exista un vacío enorme de información de la escena local y latina.
En el caso chileno este diagnóstico se exacerba, ya que no es posible rastrear de manera fácil documentos que permitan establecer "líneas bases" de análisis sobre por ejemplo, producción textil, residuos textiles, importación de ropa nueva y usada según origen, materialidad, etc; contaminación textil en nuestras costas y el desierto, solo por nombrar algunas materias derivadas de la contingencia.
Si bien, toda la apuesta del sector está en que el Estado mida y levante cifras como consecuencia de la inclusión de la ropa y textiles como producto prioritario de la Ley REP, el hecho objetivo es que no puede ser el único actor responsable de analizar estas temáticas, se necesitan más puntos de vistas especializados para contrastar resultados y establecer las mejores soluciones para los problemas derivados de la sobreproducción (en nuestro caso sobreimportación) y sobreconsumo de moda.
Desde mi perspectiva, la academia no ha tenido interés en abordar el estudio de la moda desde un enfoque sostenible, porque aún existen prejuicios asociados a la industria, que la consideran superficial y banal a lo que se suma la poca oferta académica ligada a la enseñanza de la moda y el diseño de vestuario a nivel universitario.
No obstante lo anterior, dados los hechos recientes en cuanto a la creación de zonas de sacrificio por parte de la moda en nuestro país, me parece que no se puede seguir sosteniendo esta postura y es el momento que no solo las escuelas especializadas tomen la batuta en esta tarea sino también otras carreras del ámbito científico, ingenieril y las humanidades. Todo ello en el entendido que la sostenibilidad requiere (exige) un abordaje interdisciplinario y estratégico para la consecución de cambios de paradigmas económicos, sociales y ambientales.
Me parece urgente la academia asuma su deuda con la moda y la mire como una industria que ha aportado a la degradación del planeta y también de los índices de desarrollo humano de muchas personas a lo largo del mundo. No creo que sea necesario que los vertederos ilegales u otras externalidades negativas del negocio tengan que llegar a las puertas de las casas de estudio para que comprenda la envergadura del desafío.
Si la academia quiere ser un actor importante en la gestión de las políticas públicas y la legislación derivada de estas materias, no puede quedarse en la galería debe entrar a escena y poner sobre la mesa sus visiones, investigaciones y puntos de vista.
Yo estoy ansiosa por conocerlos.
(Foto principal: "Dimensions" Student Fashion Show at College of DuPage 2017)
COMMENTS