[MODA CONSCIENTE] ¿Qué pasa con la ropa que devolvemos a las tiendas porque la talla no era la correcta o simplemente no nos gustó? En el caso de las marcas de moda de autor, dado su tamaño y stock, suelen ponerlas nuevamente a la venta, sin embargo, en las marcas de moda rápida no siempre es así. De hecho, según un reportaje de GQ México, "se estima que alrededor del 10% de las devoluciones de ropa no pasan los procesos ni pruebas de calidad para reintegrarse a la venta" cayendo en un "pozo sin fondo" difícil de dimensionar. Hoy trataremos de darle forma a este problema medioambiental del que "nadie" habla en voz alta.
Si bien, las grandes marcas poseen procedimientos para reintegrar las prendas al sistema (revisión de prenda contra boleta + estado de devolución, luego limpieza al vapor y retorno a los percheros de tienda principal o outlet), en determinadas circunstancias no logran hacerlo. Cuando aquello ocurre la opción más simple es botar o incinerar.
Según el reporte "Solving fashion’s product returns" (Solucionar las devoluciones de productos de moda) del Institute of Positive Fashion (IPF) del British Fashion Council (BFC) con DHL y la consultora Roland Berger, el 30% de los artículos comprados en línea se devuelven en comparación con el 10% de las tiendas físicas, cifra preocupante dado la expansión que ha teniendo el comercio online en los últimos años.
En términos ambientales esta práctica supone un total de emisiones de 750.000 toneladas de CO2 lo que es equivalente las emisiones de gases invernadero de 161.602 vehículos de pasajeros a gasolina conducidos durante un año app. A ello hay que agregar 350.000 toneladas de CO2 solo por el transporte inverso (retiro de las prendas devueltas al centro de distribución).
El resultado de este ir y venir se traduce en que el 3% de lo devuelto no será revendido y el 50% de ello se enviará al vertedero. De hecho, el informe señala que en todo el proceso de devolución se pierde anualmente 7 billones de libras, una cifra tan exorbitante que me cuesta traducirla al español.
En esta línea, las responsabilidades de cada uno de los implicados afloran con claridad. En el caso de las marcas, queda en evidencia como la falta de estudios antropométricos, así también de tallas más "unificadas", trae como consecuencia disconformidad en el calce. A lo que se suma prendas muy lindas online, que no se condicen con la realidad (pasa muy seguido con las marcas de moda ultra rápida, tanto así que hay memes y reels al respecto) y que tienen calidad paupérrima que contribuye a transformarlas en "producto desechable".
Por otra parte, en el caso de los consumidorxs, la facilidad de comprar, el bajo precio de los artículos y el cero cargo por devolución, genera conductas como el "bracketing". Asimismo, la falta de información asociada a las consecuencias ambientales de las devoluciones impide cuestionamientos o reflexiones que deriven en un consumo más consciente y responsable.
Pero más allá de tratar de resolver el problema del "huevo o la gallina" (en el reporte hay muchos datos valiosos para ese análisis), el hecho objetivo es que la devolución de la ropa puede tener consecuencias impensadas. Por lo mismo, hoy es fundamental que más personas conozcan esta información para que piensen "tres veces" antes de comprar y/o regalar ropa.
¿Qué pasa cuando devolvemos la ropa a las tiendas?
La mayoría de las personas -o eso quiero creer- no devuelven la ropa a las tiendas por gusto o mala costumbre, sino porque realmente no les quedó bien (talla, hechura o silueta, etc) o no era de su estilo (suele ocurrir cuando nos la regalan personas que no tienen muy claro nuestras preferencias). Pero más allá de las circunstancias, ninguno se pregunta dónde terminan esas prendas.Si bien, las grandes marcas poseen procedimientos para reintegrar las prendas al sistema (revisión de prenda contra boleta + estado de devolución, luego limpieza al vapor y retorno a los percheros de tienda principal o outlet), en determinadas circunstancias no logran hacerlo. Cuando aquello ocurre la opción más simple es botar o incinerar.
Según el reporte "Solving fashion’s product returns" (Solucionar las devoluciones de productos de moda) del Institute of Positive Fashion (IPF) del British Fashion Council (BFC) con DHL y la consultora Roland Berger, el 30% de los artículos comprados en línea se devuelven en comparación con el 10% de las tiendas físicas, cifra preocupante dado la expansión que ha teniendo el comercio online en los últimos años.
En términos ambientales esta práctica supone un total de emisiones de 750.000 toneladas de CO2 lo que es equivalente las emisiones de gases invernadero de 161.602 vehículos de pasajeros a gasolina conducidos durante un año app. A ello hay que agregar 350.000 toneladas de CO2 solo por el transporte inverso (retiro de las prendas devueltas al centro de distribución).
El resultado de este ir y venir se traduce en que el 3% de lo devuelto no será revendido y el 50% de ello se enviará al vertedero. De hecho, el informe señala que en todo el proceso de devolución se pierde anualmente 7 billones de libras, una cifra tan exorbitante que me cuesta traducirla al español.
Flujo de devoluciones a través del ecosistema de la moda según reporte "Solving fashion’s product returns"
Pero ¿por qué las personas están devolviendo la ropa a las tiendas?
En el estudio británico, se menciona que en los últimos tres meses las principales razones que tuvieron las personas para devolver la ropa fueron problemas con la talla y el calce (93%), expectativas de calidad insatisfechas (81%); "bracketing" de talla (73%) y preferencia (72%), que vendría siendo comprar la misma prenda en diferentes tallas y colores para devolver las que no les quedan bien. Estos últimos dos puntos se conectan con las primeras razones esbozadas.En esta línea, las responsabilidades de cada uno de los implicados afloran con claridad. En el caso de las marcas, queda en evidencia como la falta de estudios antropométricos, así también de tallas más "unificadas", trae como consecuencia disconformidad en el calce. A lo que se suma prendas muy lindas online, que no se condicen con la realidad (pasa muy seguido con las marcas de moda ultra rápida, tanto así que hay memes y reels al respecto) y que tienen calidad paupérrima que contribuye a transformarlas en "producto desechable".
Por otra parte, en el caso de los consumidorxs, la facilidad de comprar, el bajo precio de los artículos y el cero cargo por devolución, genera conductas como el "bracketing". Asimismo, la falta de información asociada a las consecuencias ambientales de las devoluciones impide cuestionamientos o reflexiones que deriven en un consumo más consciente y responsable.
Pero más allá de tratar de resolver el problema del "huevo o la gallina" (en el reporte hay muchos datos valiosos para ese análisis), el hecho objetivo es que la devolución de la ropa puede tener consecuencias impensadas. Por lo mismo, hoy es fundamental que más personas conozcan esta información para que piensen "tres veces" antes de comprar y/o regalar ropa.
¿Sabías cuál era el destino de la ropa que devuelves a las tiendas?
COMMENTS